Porque hemos venido a protestar contra unas medidas del gobierno, que hacen que cada día haya menos dinero en la casa para papá y mamá. Respondía el padre.
Todo sucedió este domingo pasado, durante una concentración pacífica organizada por el movimiento «No pagar», que insta a los ciudadanos griegos a no pagar sus facturas estatales mientras se mantengan los bestiales recortes que están sometiendo al pueblo griego, en nombre de la Troika.
«La policía antidisturbios quería despejar el lugar», dice Vrettakos.»Para echarnos se precipitó sobre nosotros. Nos gritó, nos maldijeron y con sus escudos comenzaron a empujarnos violentamente. Entonces golpearon a mi hija con el escudo de la mandíbula (…) Ella comenzó a llorar. La tomé en mis brazos y traté de salir de allí lo más rápidamente posible, temeroso de que pudieran volver a golpearla (…) Tras el golpe, le temblaba todo el cuerpo, se agarró fuerte a mí, y no me soltaba. (…) Yo estaba enfadado y asustado, solo podía pensar en proteger a mi hija».
«¿Por qué tanta crueldad con una niña? ¿Por qué tanta crueldad en contra de tanta gente?» Vrettakos trata de encontrar una explicación a lo inexplicable. «Nos quieren aterrorizar. Quieren que nadie proteste. Nos quieren someter a todos. Por eso no dudan en golpear a todo el mundo, niños y lo que haga falta.»
«Es como si viviéramos en la edad de las tinieblas de la dictadura. Pisotean nuestra libertad y la democracia», dice finalmente Vrettakos. «Pero seguiremos luchando por un mundo mejor para nuestros hijos. Aunque mi hija no sea consciente de lo que pasa, seguiremos luchando por ella y por su futuro».