
«Los actos reprensibles de la parte estadounidense van inevitablemente a socavar las relaciones bilaterales, así como los intercambios y la cooperación en los campos militares y la seguridad», advirtió el Viceministro tras el anuncio del ministerio estadounidense de Defensa.
De inmediato, Zhang recibió como instrucciones convocar al embajador de Estados Unidos en Beijing, Gary Locke, para comunicarle una protesta firme.
Relaciones bilaterales desgastadas
Los cazas han sido un tema álgido en las polémicas relaciones entre Taipei, Washington y Beijing durante los tres años y medio de la presidencia de Ma Ying-jeou en Taiwán.
A pesar de que se han reducido las tensiones en el estrecho de Taiwán, de 160 kilómetros de ancho, y alcanzaron su menor nivel desde que China y Taiwán se separaron en medio de una guerra civil en 1949, Ma ha presionado por la modernización de sus aviones de guerra y asegura que Taipei los necesita para continuar sus negociaciones con Beijing desde una posición de fuerza.
La venta de equipos militares del extranjero a Taiwán genera reacciones en China porque este país considera a la isla de 23 millones de habitantes parte de su territorio.
Beijing suspendió en 2008 y 2010 el programa de intercambio con el Pentágono después de que EE.UU. anunciara la venta de dos lotes de armamento a Taiwán.
Países europeos suministraron equipos bélicos a Taiwán en la década de 1990 pero ya dejaron de hacerlo. La industria de defensa estadounidense es la última esperanza para políticos y generales taiwaneses empeñados en preservar el equilibrio de fuerzas ante el creciente poderío de la China continental.
