Ambos mandatarios aterrizaron, en aviones distintos, cerca de las 11H00 locales (09H00 GMT), de acuerdo con las agencias de noticias internacionales.
Esta es la primera visita de un presidente a Libia desde que estallaron los ataques que buscan la salida del poder Muammar Al Gaddafi. Justamente Francia y Gran Bretaña son los impulsores de la polémica intervención al país norteafricano, y sus mandatario fueron acusados por el líder libio de causar un genocidio.
Sarkozy y Cameron se entrevistarán con el líder rebelde, Mustafá Abdel Jalil, y con su primer ministro, Mahmud Yibril, y luego se desplazarán a Benghazi, lugar donde reubicaron sus respectivas embajadas para apoyar la causa que busca hacer una transición en uno de los países con mayor desarrollo de África.
Los mandatarios tienen previsto hacer un discurso en la Plaza de la Libertad, bastión de los rebeldes que sirvió para recibir las armas, los apoyos económicos y demás ayudas para organizar la avanzada hacia Trípoli.
Sarkozy, que es criticado por usar la operación contra Libia como una estrategia para subir la popularidad de 36 por ciento que goza en su país, busca convencer a los países occidentales de apoyar a los rebeldes y potenciar la candidatura para las elecciones presidenciales de 2012.
Inquietudes sobre el petróleo sin respuestas
El ministro financiero de Francia, Francois Baroin, dijo en una entrevista que el bombardeo a Libia, fue “un éxito militar, un éxito diplomático» y reveló que están coordinando nuevas operaciones en ese país.
Baroin se negó a responder claramente sobre la inquietud de la emisora de radio «France Info» sobre la posibilidad que administre contratos petroleros en el país con el 3,3 por ciento de las reservas de crudo mundiales.