Telam
Fuerzas de seguridad de Bahréin mataron hoy a un chico de 14 años con un cartucho de gas lacrimógeno durante enfrentamientos con opositores prodemocráticos, informaron activistas de derechos humanos.
Bahréin se vio sacudida este año por una revuelta popular para exigir mayores derechos y libertades políticas a la familia real que gobierna desde hace más de 200 años este pequeño emirato del Golfo Pérsico, donde está anclada la Quinta Flota estadounidense.

Más de 30 personas murieron desde el inicio de las protestas, que empezaron en febrero inspiradas por otras revoluciones en países árabes pero fueron mayormente sofocadas por tropas de naciones del Golfo encabezadas por Arabia Saudita, otra monarquía conservadora.

Las protestas, a menor escala, se reanudaron en junio tras el levantamiento del estado de sitio, y varias personas chocaron hoy con la policía en la ciudad petrolera de Sitra, dijeron activistas.

La Sociedad Juvenil de Bahréin para los Derechos Humanos dijo que un adolescente de 14 años, Ali Jawad Ahmad, murió en la trifulca alcanzado por un cartucho de gas lacrimógeno disparado por la policía, informó la cadena de noticias CNN.

Las autoridades del emirato confirmaron la muerte de un chico de 14 años pero no dieron detalles de las causas de su muerte.

El Ministerio del Interior dijo en un comunicado no tener noticias de una actuación policial en Sitra en el momento en que ocurrió el deceso, aunque anunció que abrió una investigación sobre el hecho.

Isa Hassan, un tío de la víctima, afirmó que la policía sobreactuó al verse desafiada por un pequeño grupo de manifestantes luego de plegarias matinales por el fin del mes sagrado islámico de Ramadán.

Hassan dijo que el cartucho de gas fue disparado directamente contra los manifestantes desde una distancia de siete metros, informó CNN.

«Se supone que tienen que arrojar los cartuchos de gas hacia arriba, no dispararlos contra la gente. La policía lo usó como arma», dijo Hassan durante los funerales del adolescente.

Los musulmanes chiitas son amplia mayoría en Bahréin, pero afirman ser objeto de una profunda discriminación por parte de la familia real, que pertenece a la rama sunnita de la religión islámica.

Otras monarquías sunnitas de la región temen que cualquier concesión a los manifestantes de parte de la familia real bahreiní de los Al Khalifa, pueda fortalecer la influencia regional de Irán, una teocracia chiita rival de Arabia Saudita.