
«Hacemos un llamado a las ciudades que han tardado en unirse a la revolución, es mejor tarde que nunca» afirmó el presidente del CNT en rueda de prensa desde la ciudad de Benghazi (este), bastión de los rebeldes.
Abdel Jalil afirmó que hasta los momentos desconocen el paradero del líder libio Muammar Al Gaddafi, pero aseguró que sus guardias mantuvieron un enfrentamiento con los rebeldes que trataron de capturarlo.
«No puedo garantizar la seguridad de Muammar Al Gaddafi» afirmó Jalil, sin embargo destacó que hasta el momento ni el líder libio ni su familia han sido heridos.
«Esperamos capturar a Gaddafi vivo para que pueda ser sometido a juicio» agregó.
El líder de los rebeldes dijo que su papel «cuando Gaddafi salga del poder va a continuar hasta que llegue una persona y tome la responsabilidad».
Según Abdel Jalil, los rebeldes esperan obtener «paz, justicia y un Estado de derecho con la salida de Gaddafi» y agregó «yo respeto la Ley y espero poder establecer el Estado de derecho».
Agregó que «queremos un país donde todas las personas sean iguales sin mirar su color y un país en el que las minorías tengan derechos y que puedan practicar la cultura y las ganas de vivir con responsabilidad».
Dijo que «quisiéramos asegurar a todos los países que sus ciudadanos están seguros y a aquellos que están interesados en Libia, queremos decirle a la comunidad internacional que la nueva Libia se ocupará de establecer relaciones fuertes en base al respeto y tolerancia mutua y trabajará para convertirse en miembro valioso de la comunidad internacional».
Jalil aseguró que el CNT se ocupará de respetar las naciones que apoyan esta revolución y que se mantuvieron a su lado desde el principio hasta el final, «estos países tendrán relaciones especiales y Libia tendrá relaciones amistosas con todos».
Llamado a respetar la ley
Jalil llamó a los rebeldes a no tomar la ley por sus propias manos y añadió «dejen que la justicia haga su trabajo y logre traer a aquellos culpables de haber cometido crímenes contra el pueblo de Libia».
«Hago un llamado a los líderes de estos grupos y confío en su palabra, pero algunas acciones de sus seguidores me preocupa y cualquier ejecución fuera de la Ley puede acelerar mi salida», dijo.
Asimismo, afirmó que viajará a Trípoli cuando sea liberada esa ciudad, para comenzar a trabajar por una nueva Constitución.
El líder rebelde afirmó que «Dios ha escogido que el final de Gaddafi esté en manos de esta juventud para que puedan unirse a la primavera árabe que está llegando a Libia».
Mustafa Abdel Jalil, resaltó que «esperamos la captura de Gaddafi para que sea después sometido a un juicio justo (…) En el mundo seremos testigos que el mayor dictador del mundo tenga un juicio justo».
«No tengo idea de cómo se va a defender un dictador que cometió crímenes contra el pueblo libio», añadió.
Agradecimiento a la comunidad internacional
El líder del CNT libio, en su encuentro con la prensa agradeció a la comunidad internacional por su apoyo y a la Organización de Naciones Unidas «por las resoluciones y los procedimientos para proteger a los civiles» que aseguró «han evitado catástrofes humanitarias y masacres contra el pueblo libio».
«Agredecemos en particular a todos los países que ofrecieron su apoyo desde el nacimiento de esta revolución hasta su victoria» señaló Mustafa Abdel Jalil.
El pasado 17 de marzo, el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución que dio luz verde a los bombardeos de fuerzas imperialistas contra Libia, en vista de un conflicto interno en ese país.
Según el organismo multiestatal, el argumento para la aprobación del documento era que dichos bombardeos “protegerían” a los civiles libios de supuestas agresiones perpetradas por el gobierno de Muammar Al Gaddafi.
La tarde del 19 de marzo fue el inicio de las agresiones que no han cesado hasta la fecha, y que a pesar de haber sido criticadas por varios actores de la comunidad internacional, se han intensificado con el pasar de los meses.
Las autoridades libias contaron durante el primer semestre de los ataques más de dos mil 600 libios asesinados, entre ellos más de dos centenares de niños y una docena de imanes (líderes religiosos). En el último fin de semana, al menos mil 300 personas murieron.
Además de agredir por vía aérea, las fuerzas imperialistas de Francia y Reino Unido también han fortalecido la lucha interna, y admitieron que han enviado a los rebeldes (opositores de Gaddafi) armas y dinero suficiente para recrudecer el caos interno.
Muchos analistas consideran que la intención de los bombardeos de la OTAN siempre fue aprovecharse de la situación para apoderarse de los recursos naturales y financieros de Libia, un país rico en petróleo liviano, oro, agua y reservas de gas.
