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El Gobierno Británico prepara sus policías para que puedan enfrentarse a los jóvenes protagonistas de los altercados en Reino unido quienes e han movilizado con la ayuda de los BB

12 agosto 2011 – El primer ministro británico, David Cameron, ha defendido este jueves a toda costa los recortes que prevé realizar su Gobierno en la policía pese a las presiones y críticas de conservadores y laboristas.

Eso sí, ha prometido dotar a la policía de más medios para luchar contra estas revueltas: poder para obligar a cualquiera a destaparse la cara en la calle en previsión de que vaya a cometer un delito y activar algún tipo de protocolo que permita actuar contra las redes sociales cuando se produzcan disturbios.

Es decir, los policías ya pueden enfrentarse a una capucha y a una BlackBerry, dos de los símbolos que caracterizan a los protagonistas de los altercados en Reino unido y que han terminado por estigmatizar a toda una generación.

La mayoría de los jóvenes que viven en los barrios donde han surgido los altercados entraría dentro de esa calificación: capucha y móvil BlackBerry. Son los llamados ‘hoodies’ en su término en inglés, aunque muchos rechazan ya este estereotipo.

Ropa ancha deportiva, de marcas caras pese a ser un atuendo informal; zapatillas llamativas, con los cordones sueltos… Un estilo que desdibuja a quien lo lleva hasta la despersonalización total: son un cuerpo sin forma y una cara sin rostro, oculta tras la sombra de la capucha, pero siempre con un móvil en la mano, a poder ser, una BlackBerry.

El ‘tsunami’ de las BB

Precisamente algo parecido les pasa con la Blackberry. Según un informe de consumo británico, el 37% de los teléfonos de esta marca que se vende en Reino Unido es a un joven. Su sistema de mensaje gratuito y el ‘tsunami’ de la moda y la banda han hecho que este tipo de móviles se convierta en el preferido de una generación que se ha mimetizado con las nuevas tecnologías.

Así es fácil ver en una de las calles del norte de Londres a un joven esperando no se sabe qué y sentado en el muro delante de su casa jugando con su teléfono móvil.