La medida ocurre al tiempo de que el presidente colombiano es acusado de intervenir las comunicaciones de los disidentes, de asesinatos de civiles por parte de militares a su mando, así como la relación que tiene con grupos paramilitares.
Cabe destacar que las fuerzas paramilitares han sido calificadas como terroristas por parte del gobierno estadounidense, el mismo que, contrariamente, ahora se beneficia con las bases militares.
Madsen asegura que la política de cambio promovida por el presidente norteamericano, Barack Obama, durante su campaña electoral, parece que se ha quedado en el olvido, ya que la política exterior de su administración hacia Latinoamérica indica que las cosas van a seguir igual y que seguramente habrán nuevos intentos de golpes de Estado contra países que adversan la hegemonía de Washington en el hemisferio.
Asimismo, resaltó que Leni Davis, amigo de los Clinton; y Roger Noriega, otro derechista, actualmente están asesorando a la junta del gobierno golpista de Honduras. Señaló la presencia de Jhon Negroponte, ex embajador de Estados Unidos en Honduras durante la administración de Ronald Reagan, el mismo que manejaba los escuadrones de la muerte, ahora como asesor de Hillary Clinton; lo que demuestra claramente que no hay cambios en el gobierno de Obama.
Debido a lo anterior, opina el experto, parece ser que Washington mantendrá una enorme inteligencia militar en Panamá y Colombia, y tratará de ejecutar golpes de Estado contra Venezuela, Ecuador y Bolivia, y otros países que se oponen al control militar económico de Estados Unidos en la región.
Wayne Madsen subraya que al fondo de esta embestida militar está el deseo de la nación norteamericana de asegurar el triunfo del Área del Libre Comercio de América (ALCA).