La primera reunión de ese organismo, que comenzó ayer en Caracas, cumple con acuerdos de la VI cumbre del ALBA encaminados a darle mayor institucionalidad a la agrupación formada por nueve países de América Latina y el Caribe.
El encuentro fue convocado para evaluar la condición de los miembros en medio de la crisis financiera global; definir las funciones del consejo ministerial de complementación económica y asignar tareas a los integrantes.
La reunión de Caracas será seguida por otra el próximo 9 de agosto en Quito para instalar oficialmente la Comisión Política, y el día 21 sesionará en La Paz el Consejo Social del ALBA, también como acuerdo de la VI cumbre.
En opinión del ministro de Economía y Finanzas de Venezuela, Alí Rodríguez, con este paso la región se coloca en la línea de avanzada, junto a Rusia y Asia, en la creación de zonas monetarias.
En el caso del ALBA se trata del Sistema Único de Compensación Regional (Sucre), cuya perspectiva, según expertos, es funcionar como una especie de moneda virtual para el intercambio comercial del grupo, sin tener que depender del dólar.
Este mecanismo debe constituir la base de un comercio de complementación, perspectiva que será sometida a un análisis profundo el próximo día 12 en Managua, en una reunión de ministros de comercio para cruzar la información.
En ese encuentro, revelaron fuentes venezolanas, se analizarán los excedentes de exportación de los nueve países, potenciales excedentes y requerimientos de importación de cada uno para conformar una base de datos.
El propósito es incrementar a corto plazo el intercambio comercial entre los países del ALBA y unir esfuerzos en la actividad productiva, para estar en mejores condiciones de satisfacer requerimientos.
El proceso de cooperación y complementación económica que debe apoyar el Sucre a mediano plazo marcha en un contexto difícil dado por la situación económica mundial en los ámbitos financiero, de energía y ambiente.
Al respecto, Rodríguez informó que en su primera reunión el consejo económico del ALBA abordó el impacto de la crisis en los países miembros, que provocó, en mayor o menor grado, la caída del ingreso, las exportaciones y el Producto Interno Bruto.
La proyección del consejo económico abarca igualmente la creación de empresas gran-nacionales (como se denomina en el grupo aquellas conformadas por varios de los países integrantes), con respaldo del Banco del ALBA.
De acuerdo con reportes de la reunión, la nueva estructura económica se propone en el futuro convocar encuentros sobre turismo, debido a las grandes potencialidades de la región, y transporte, clave para el intercambio.
El ALBA integrado por Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Honduras, Ecuador, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas y Venezuela fue creado en 2004 con la perspectiva de convertirse en una agrupación de nuevo tipo.
Cooperación y complementación con respeto de las asimetrías y un enfoque social, son características que diferencian la alianza de otros acuerdos similares centrados en el comercio, que muchas veces no cumplen las expectativas de los más pequeños.
Esta iniciativa se entrelaza con otras similares como el pacto energético Petrocaribe, cuyo fondo financiero se relaciona con el Banco del ALBA, que garantiza petróleo venezolano a los miembros en condiciones beneficiosas.
El proceso de institucionalización del ALBA marcha parejamente con el ataque al grupo denunciado por varios de sus líderes, que consideran el golpe de estado en Honduras el primer paso de una operación enfocada contra todos.
En el consejo económico, como en las otras acciones del grupo, participan delegados del gobierno del presidente Manuel Zelaya, ante la negativa colectiva de reconocer al gobierno de facto en ese país.