Nicanor Huamán Naula
Estas últimas cuatro  semanas,  fuimos  testigos en España,  del surgimiento de un movimiento social  suigéneris, es decir, de un movimiento que  no puede ser fácilmente clasificado dentro de los movimientos ya existentes, y si embargo, se trata de un movimiento cuyos  medios y formas de protesta fueron  utilizados a lo largo de la historia por grandes líderes como Mahatma Gandhi, Martin Luther King y otros.  ¿Cómo  caracterizarlo?.  Se trata de un movimiento no violento, que ha tomado las plazas de las principales ciudades de España para gritar un  !basta ya! a la forma de concebir y hacer política en España y en los países llamados  democráticos.  Sus principales lemas son: «Democracia Real Ya» o  «No somos mercancia en manos de banqueros y políticos«.  Es un movimiento que reune principalmente a jóvenes de España y  a los cuales se han unido personas de toda edad, condición económica, religión, raza,  filiación política o sindical, etc., que  alzan su voz de  indignación no solamente ante la crisis económica o cualquier hecho circunstancial, sino ante  la  forma en que ha devenido la política: una  gestión al servicio de intereses  particulares, o  de grupos económicos y financieros, al margen de las grandes preocupaciones, necesidades y aspiraciones del pueblo; una desconexión gubernamental  con la naturaleza intrínseca de  una política al servicio del pueblo.
Se han dicho muchas cosas a lo largo de estas tres o cuatro semanas (desde el 15 de mayo), tratando de minimizar, ridiculizar o desconocer su valor,  su autenticidad, su  forma de protesta (acampadas y asambleas permanentes), su rechazo  a la utilización del  movimiento por  partídos políticos o sindicatos,  su falta aparente de propuestas «concretas», su carencia de liderazgo y organización, su nucleamiento intempestivo y veces  caótico,  su permanencia prolongada  en las plazas de las principales ciudades de España, etc. pero lo que no se  puede ignorar es que han logrado concitar exitosamente  la atención de la  ciudadanía, plantarse en las principales  plazas de las ciudades españolas, así como en  las zonas de acceso a importantes instituciones gubernamentales, sin ejercer violencia alguna,  resistiendo  valiente y decididamente el  apaleamiento  policial sin  quebrantar su voluntad de lucha,  su inteligente e incesante creatividad para organizar sus  grupos y equipo de trabajo  a través de muchas organizaciones de base,  su capacidad de escuchar a todos  los que desen hacer llegar su voz, independientemente de su procedencia, su indignación por la mentira, la corrupción y la manipulación descarada de los  grupos de poder económico, su denuncia ante  la actitud pusilánime de gobernantes y  representantes elegidos mediante las urnas para defender los intereses del pueblo y luchar contra la corrupción, etc. En resumen se trata de una protesta que busca dignificar  la política de este país, devolviéndole el sentido ético y responsable ante las verdaderas necesidades y problemas que afronta la población.
Este movimiento resume  de manera práctica  un conjunto de protestas que fueron  dándose a lo largo de las últimas décadas en varios países, particularmente en los países europeos, en contra del riesgo del uso de  la energía nuclear o el desecho de material radioactivo; en contra de la violencia terrorista de movimienttos extremistas; en contra de la invasión armada de varios países; en contra de los fundamentalismos de todo color;  a favor de la protección del medio ambiente; a favor de los derechos humanos y en contra de la discriminación en sus múltiples formas.  Decimos que resume, porque, al final de cuentas,  se trata de una protesta que cuestiona  las bases conceptuales de la modernidad, de la política y de  la acción de los  gobiernos llamados democráticos, a través de los cuales  se canalizan  finalmente un conjunto de decisiones que terminan perjudicando a millones de personas.

Bienvenidas las protestas del 15M, bienvenidos sus gritos de dignidad y respeto por  las personas que no pueden seguir siendo tratadas como mercancias en manos de banqueros y políticos,  bienvenidos por usar métodos no violentos, bienvenidos por despertar conciencias, por devolvernos las esperanzas en  un mundo mejor, bienvenidos por devolvernos la  confianza en el ser humano.    Seguid  adelante con vuestra acción digna y dignificante, a la  cual nos  sumamos.