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Más de 85 científicos y especialistas en clima revisaron el <https://www.energy.gov/> nuevo reporte climático del Departamento de
Energía de Estados Unidos y concluyeron que «no es científicamente creíble» y aparece predeterminado para justificar el debilitamiento de regulaciones ambientales y favorecer a la industria fósil.

Andrew Dressler, profesor de Ciencias Atmosféricas en la Universidad de
Texas, afirmó que «ese informe se burla de la ciencia. Se basa en ideas que
fueron rechazadas hace mucho tiempo, respaldadas por tergiversaciones del conjunto del conocimiento científico y omisiones de datos importantes».

Quizás <https://www.energy.gov/sites/default/files/2025-07/DOE_Critical_Review_of_I
mpacts_of_GHG_Emissions_on_the_US_Climate_July_2025.pdf
> el aspecto más delicado del estudio de Energía es que lo está utilizando la estatal
<https://www.epa.gov/> Agencia de Protección Ambiental (EPA en inglés) como sustento para revocar decisiones que datan desde 2009 y regulan en Estados Unidos las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del
calentamiento planetario.

Se trata del marco legal más importante que tiene este país para limitar la
contaminación climática. Y Estados Unidos es actor fundamental en la
economía y sociedad mundiales, que obran sobre la evolución y crisis del
clima.

Con su nueva política, el gobierno que dirige el presidente Donald Trump
impulsa la expansión de la producción de combustibles fósiles, a la vez que
recorta los incentivos para las energías limpias.

El documento crítico denuncia que, «con tácticas similares a las empleadas
por la industria petrolera», el estudio del Departamento de Energía
<https://mail.google.com/mail/u/0/#inbox/FMfcgzQcpdjrwHMqmFmzwMkTJmCLRcJL?pr
ojector=1
> fue elaborado por un comité de cinco autores, todos conocidos por relativizar o cuestionar la ciencia climática, y en varios casos escribiendo
fuera de sus áreas de especialidad.

Tampoco hubo proceso de revisión por pares ni transparencia en la
elaboración, y se usaron citas selectivas y estudios desactualizados, muchos
escritos por los mismos autores e ignorando el consenso científico reflejado
en los informes del Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático
(Ipcc).

El climatólogo Robert Kopp, de la Universidad Rutgers y ex autor líder del
Ipcc, dijo que «normalmente, un informe como este se sometería a una
revisión por pares rigurosa, imparcial y transparente», lo cual no se
produjo.

«Cuando quedó claro que el Departamento de Energía no iba a organizar la
revisión, la comunidad científica se unió por sí sola, en menos de un mes,
para presentarla.

Los más de 85 revisores expertos voluntarios descubrieron que el comité de
cinco elaboró un informe que carece de credibilidad científica», apuntó
Kopp.

El documento crítico insiste en que, a diferencia de las evaluaciones
legítimas, el informe de Energía «se elaboró en secreto, sin revisión
independiente por pares ni responsabilidad por responder a los comentarios públicos».

El informe gubernamental «busca minimizar los riesgos del calor récord, las
lluvias intensas, el agravamiento de los incendios forestales, el aumento
del nivel del mar y los daños generalizados a la salud, todos ellos bien
documentados por décadas de investigación científica revisada por pares»,
señala el texto crítico.

Otro defecto estaría en la evidencia seleccionada: el documento de Energía
«cita selectivamente estudios obsoletos o desacreditados (a menudo escritos por los propios miembros del comité), ignora el peso abrumador de la evidencia científica y tergiversa las fuentes convencionales», señala el
reporte de los 85 científicos.

Y, finalmente, el resultado del estudio gubernamental estaría
predeterminado, pues «se redactó para justificar la reversión de la
Detección de Peligros (de 2009) de la EPA, y el avance de los intereses de
los combustibles fósiles, no para fundamentar las políticas con ciencia
creíble», de acuerdo con la crítica.

Por el contrario, el análisis crítico defiende estudios del Ipcc y de la
interinstitucional Evaluación Nacional del Clima de Estados Unidos, que en
2023 confirmaron que el cambio climático antropogénico se agrava con cada tonelada emitida de gases de efecto invernadero, y perjudica a comunidades de todo el país y del mundo.

Para el conjunto de expertos críticos «el consenso científico sigue siendo
claro. La evidencia confirma que la crisis climática es más sólida que
nunca».