Por: Germán Gorráiz López
Europa se encuentra en la disyuntiva de rearmarse y llenar los arsenales para que se oxiden o emplearlos en una guerra asimétrica contra Rusia, segunda potencia nuclear.
Reconversión industrial en Europa
Tras una etapa dulce impulsada por favorables vientos de cola, el declive de la industria automotriz en Europa que emplea a cerca de 13 millones de personas y representa el 7 % del PIB europeo, podria provocar un vertiginoso incremento de las tasas de paro, una drástica reducción de los ingresos estatales, el consecuente incremento de los Déficits (la industria del automóvil es responsable del 10% del total de las exportaciones europeas) y la posterior entrada en recesión de las economías europeas en el horizonte del 2030, con lo se antoja urgente diseñar las líneas maestras de la futura reconversión industrial que se avecina en el horizonte del próximo quinquenio
La estrategia del rearme se englobaría pues en la doctrina de la reconversión industrial europea, consistente en sustituir gradualmente sectores productivos obsoletos por el sector armamentístico pero que tendrá como efectos colaterales que los paises europeos se endeuden hasta el paroxismo e hipotequen su independencia futura.
Auge de la industria armamentística
La industria armamentística europea ha experimentado un auge significativo en los últimos años, impulsada por tensiones geopolíticas. Así, lo países europeos han incrementado sus presupuestos de defensa, lo que ha beneficiado a empresas clave del sector, como Rheinmetall (Alemania), Thales (Francia), Leonardo (Italia), BAE Systems (Reino Unido) e Indra (España), entre otras. Así, Empresas como Rheinmetall han reportado récords de pedidos (55.000 millones de euros en 2024) y otras, como Thales y Leonardo, han triplicado o sextuplicado su valor bursátil desde 2022.
Plan «ReARM Europe
En marzo de 2024, la Comisión Europea lanzó la Estrategia Industrial de Defensa Europea, que persigue que, para 2030, al menos el 50% del armamento de los países de la UE se adquiera dentro del bloque y que el 40% de las compras sean conjuntas, frente al actual 18%. Además, se han propuesto iniciativas como el plan «ReARM Europe», con una posible movilización de hasta 800.000 millones de euros para mejorar la seguridad continental, pero está lastrada por la dependencia de tecnología extranjera y las diferencias entre Estados miembros.