Pedro M. Rodriguez *
Es interesante analizar algunas teorías esbozadas entre los círculos de la militancia argentina relacionadas con el hecho de determinar si la gente/población es la responsable (o no) de no salir a reclamar ante la andanada empobrecedora del gobierno de Milei, esperando que la dirigencia politica y sindical lo haga (por ellos).
Se trataría entonces, según lo planteado por algunos dirigentes, de esperar a que la población despierte y reclame por la actual situación, y en ese momento, avanzar en sintonía con la población.
¿Quien tendría mayor cuota de responsabilidad y cual sería el momento oportuno de golpear al actual régimen, de una manera eficaz contra este gobierno de desquiciados fascistas.
¿Pero porqué la población no estaría protestando?
Hipótesis 1:
¿Las personas atraviesan un estado de bloqueo de la conciencia por causa del ataque mediático desde los medios y redes, sumado el miedo a la represión a pesar de estar pasándola mal? Incluso peor que en el malogrado gobierno 2019-2023?.
Hipótesis 2:
¿Es la consecuencia de ese mal gobierno y su inevitable derrota a la que arrastró al campo popular el motivo por el cual la población no decide reaccionar y la militancia, desmovilizada, se mantiene en «estado de espera»?
¿Cuál de estas situaciones (sintetizadas en estas dos hipótesis de trabajo) será las que con más probabilidad se verifican en la realidad?
Adoptando como más probable la segunda, nos encontramos en hacer responsables políticos a los integrantes del gobierno anterior y sus aliados, y como víctimas de ese gobierno, a quienes ahora se intenta señalar como el sujeto que no despierta o se mantiene quieto, ante tanto asedio de un gobierno de ultraderecha que desplazó, a quienes pretendiendo volver mejores, le abrieron la puerta al neocolonialismo y cipayismo decadente.
Ahora, entonces, que hacer?
Es poco probable que esta vez se luche para que algunos vuelvan a ser gobierno sin haber pagado políticamente por facilitar la llegada del neofascismo y sus actuales y futuras consecuencias dantezcas.
Quiénes entonces son los responsables principales de tanto daño: ¿será la gente?
Si la hipótesis fuera la primera, las tecnologías de la información y la comunicación en manos de la ultraderecha global controlan el bloqueo de la conciencia que hace a una persona (sujeto político) desconocer la realidad que vive, elegir a su verdugo y dejarse hundir en la pobreza sin ofrecer resistencia. De ser así, la derrota política y cultural podría mantenerse en el tiempo, dado que esas tecnologías de algoritmos han sido apropiadas por el poder real gobernante: no funcionaría la estrategia de la dirigencia de esperar a que todo empeore, para salir.
Finalmente, si las dos hipótesis planteadas coexistieran, queda como solución modificar el estado de cosas influyendo en la segunda opción: restablecer el estado de conciencia «lúcida» mediante la realización de acciones políticas contundentes que contrarresten el bloqueo mental impuesto por el régimen imperante.
Estas acciones deberán ser indefectiblemente llevadas a cabo por nuevos dirigentes creibles, surgidos de la actual militancia o del seno de la población, que devenidos dirigentes construyan un nuevo bloque de poder que confronte y se imponga al poder mafioso que nos gobierna.
*Pedro M. Rodriguez es militante social