Fernando Cibeira / El Destape

Deseoso de alardear del uso de la motosierra, el presidente Javier Milei aseguró en un foro empresarial que había despedido a 50 mil empleados estatales a los que sumaría otros 70 mil, en referencia al plantel temporario cuyos contratos vencían a lo largo de este última semana de marzo. Sin embargo, el vocero Manuel Adorni luego aclaró que había existido una confusión respecto a los números y que serían 15 mil los contratos que se darían de baja. La masividad de los despidos que se vienen verificando en los últimos días unido a este despreocupado manoseo de las cifras provocó la reacción de los dos gremios estatales -UPCN y ATE- y reactivó la movilización sindical, que ya analiza la posibilidad de una nueva convocatoria a un paro general ante la caída generalizada de empleos.

Tan extravagante es todo en el gobierno de Milei, que el Presidente se jacta de lo que otros se avergonzarían. Por ejemplo, de dejar a miles de familias sin trabajo en un contexto recesivo y de alta inflación, acrecentando las penurias sociales. «Echamos 50 mil empleados públicos, no solo eso, sino que además se dieron de baja contratos, fíjense que ahora están cayendo más contratos y van a caer 70 mil contratos”, afirmó. El auditorio empresario del IEFA Latam Forum que escuchaba desde la glamorosa penumbra del hotel Four Seasons aplaudió en señal de aprobación. Adorní aclaró después que esa cantidad de contratos estaba en revisión, pero se despedirían por ahora «solamente» a 15 mil -sin contar las empresas públicas- y que al resto se les renovaría por seis meses mientras los seguirían auditando. Otras «buenas noticias» fueron las bajas de cooperativas y de planes sociales.

La situación mantiene la angustia de los empleados estatales en niveles elevados. En algunas oficinas las comunicaciones de despido llegan por goteo, en otras en forma masiva. En el  Ministerio de Economía, en el de Seguridad, en Interior, en Defensa, en la Secretaría de Trabajo, el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD), el Servicio Meteorológico Nacional, la Secretaría de Derechos Humanos y la Secretaría de Educación fueron algunas de las dependencias en las que se registraron cesantías. Por la noche, informaron del cierre de las delegaciones del Enacom en el interior, por lo que calculaban otros cientos de despidos. En el hall de la Secretaría de Trabajo se registró una movilización conjunta de ATE y UPCN, los gremios estatales que mantienen muchas diferencias internas pero que en esta ocasión quedaron de lado.

El secretario general de UPCN, Andrés Rodríguez, aseguró que no encontraban un patrón en la lógica de los despidos, más allá de que se ubican entre el personal contratado de la planta temporaria. «Estamos peleando palmo a palmo esta cuestión, la situación es muy heterogénea. Hay organismos con los que tenemos buen diálogo y se están negociando reincorporaciones y en otros no», explicó Rodríguez en diálogo con El Destape Radio. Integrante de la mesa chica de la CGT, Rodríguez añadió que «la sensación de todos es que si sigue este deterioro, indudablemente va a desembocar en una medida de fuerza, pero todavía no hay una fecha pautada».

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La conducción cegetista, en la que conviven combativos y dialoguistas, se mostró activa y en unidad en el arranque del gobierno de Milei cuando debieron enfrentar la reforma laboral por decreto que firmó el Presidente pero se sospecha que redactaron abogados de los grandes grupos económicos. El 24 de enero realizaron un contundente paro y movilización, y la justicia laboral terminó declarando inconstitucional la reforma. Ahora está en discusión que ese articulado se sume al proyecto de ley Bases, otro punto de controversia para el debate parlamentario. Luego de aquella primera medida de fuerza, reaparecieron las históricas diferencias entre los que instan a continuar con el plan de lucha -Pablo Moyano es uno de ellos- y los que pisan el freno y sostienen que hay que manejar los tiempos de las protestas.

Los despidos estatales sumados a los producidos en el sector privado como consecuencia de la política recesiva aceleraron los tiempos. El plenario nacional de la CTA realizado el martes facultó a sus autoridades a retomar las tratativas para «una nueva jornada de lucha nacional con paro y movilización que permita continuar el camino iniciado el 24 de enero y a la vez expresar desde un marco de unidad la diversidad de conflictos que hoy se desarrollan a lo largo y ancho del país». La cúpula cegetista se convocará para después del feriado largo con este caldeado panorama, en cuenta regresiva para la vuelta a las medidas de fuerza.