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Más de 60 países, entre ellos China y Estados Unidos, se comprometieron en la cumbre sobre el clima a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero producto de los sistemas de refrigeración, los cuales tienen gran impacto en el calentamiento que sufre el planeta.
El sector de la refrigeración “debe crecer para proteger a todo el mundo del aumento de las temperaturas, mantener la calidad y la seguridad de los alimentos, estables las vacunas y productivas las economías”, reconoció Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
“Pero ese crecimiento no debe producirse a costa de la transición energética y de impactos climáticos más intensos”, agregó Andersen.
Los sistemas de refrigeración, especialmente los de aire acondicionado, liberan hidrofluorocarbonos, potentes gases de efecto invernadero que representan siete por ciento de todas las emisiones que calientan la atmósfera y podrían llegar a 10 % hacia el año 2050, a medida que crezca su empleo.
Hacia el 2050 la inmensa mayoría de los países pactaron trabajar con el fin de que, alrededor de ese año, la temperatura del planeta no pase de 1,5 grados centígrados sobre los niveles de la era preindustrial (1850-1900).
La meta se somete a examen, propuestas y acuerdos en la 28 Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc), que acoge la ciudad de Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos.
Los gobiernos de 63 países ya se comprometieron a reducir en 68 %, para el año 2050, y con respecto a los niveles de 2022, las emisiones de los gases de efecto invernadero generadas por los sistemas de refrigeración.
Kenia fue el primer país en firmar el Compromiso Mundial de Refrigeración. Cuando se sumó Estados Unidos, su enviado especial para el clima, John Kerry, dijo que “queremos abrir un camino para reducir emisiones relacionadas con la refrigeración en todos los sectores, pero aumentando el acceso a una refrigeración sostenible”.
Debido al aumento de las temperaturas año tras año, se prevé que la capacidad de refrigeración instalada se triplique de aquí a 2050, y Estados Unidos, con China y Japón, agrupan dos tercios de los sistemas de aire acondicionado a nivel mundial.
Un informe del Pnuma a la COP28 destaca que en el mundo unos 1200 millones de personas necesitan sistemas de refrigeración sin tener acceso a ella, y prevé que las emisiones del sector se tripliquen de aquí a 2050 y alcancen entre 4400 y 6100 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono (CO2) equivalente.
Los promotores del nuevo compromiso en la COP28, que deliberará hasta el 12 de diciembre, esperan que lo apoyen al menos 80 países, incluido el más poblado, India, con 1400 millones de habitantes y el que podría registrar el mayor crecimiento en la demanda de sistemas de refrigeración en las próximas décadas.
Ese panorama se resume en que mientras más frescos se mantengan sus habitantes, más se calienta el planeta, y si se sostienen las actuales tendencias de crecimiento, el consumo generado por los equipos de refrigeración, que hoy día representa 20 % del consumo total de electricidad, se duplicará para 2050.
El informe del Pnuma apunta a que la adopción de medidas para reducir el consumo de energía de equipos de refrigeración puede reducir al menos 60 % de las emisiones sectoriales previstas de aquí al 2050.
Seguir las recomendaciones del informe podría reducir para 2050 las emisiones de la refrigeración en unos 3800 millones de toneladas equivalentes de CO2.
Las medidas de refrigeración sostenible se proponen en tres áreas: refrigeración pasiva (con disipadores de aire en los aparatos que consumen poca energía), estándares de mayor eficiencia energética, y un reducción gradual de los refrigerantes que calientan el clima.
Unos estándares de eficiencia más altos y un mejor etiquetado de todos los equipos de refrigeración triplicarían la eficiencia media mundial de los equipos en 2050 con respecto a los niveles actuales.
Debería agregarse una rápida descarbonización de la red eléctrica, para reducir las emisiones sectoriales hasta cerca de 96 %.
Con esos nuevos parámetros se permitiría que hasta otros 3500 millones de personas se beneficiasen de frigoríficos, aparatos de aire acondicionado o refrigeración pasiva de aquí a 2050.
Se reducirían los picos de demanda de energía entre 1,5 y dos teravatios, casi el doble de la capacidad actual de generación de la Unión Europea, y se evitarían inversiones, en generación de energía, entre cuatro y cinco billones (millones de millones) de dólares.
Además, se limitarán las facturas de electricidad de los usuarios finales en un billón de dólares en 2050, y en 17 billones de dólares acumulados entre 2022 y 2050.