Jake Johnson / Viento Sur

A primera hora de la mañana del viernes 15 de septiembre, el sindicato United Auto Workers (UAW) convocó huelgas históricas contra los tres grandes fabricantes de automóviles estadounidenses. Ford, General Motors (GM) y Stellantis (la fusión de PSA y Fiat Chrysler) se negaron a responder a las demandas de aumentos salariales y mejoras en las prestaciones de los trabajadores[1].

La primera jornada de huelga afectó a algunos centros de montaje de Ford, General Motors y Stellantis. El sindicato desplegó una táctica que describió como huelgas stand-up, limitadas y selectivas. [Esta frase es un guiño a la huelga de brazos caídos de Flint de 1936-37, que presidió la creación de la UAW].

Los miembros de la UAW de la planta de General Motors en Wentzville (Misuri), de la planta de Ford en Michigan y de la planta de Stellantis en Toledo (Ohio) fueron los primeros en abandonar sus puestos de trabajo en la medianoche del viernes. En los próximos días, mientras continúan las negociaciones, serán otras empresas las llamadas a la huelga.

Los que no hagan huelga trabajarán con un convenio colectivo caducado, aunque siguen disfrutando de las protecciones del statu quo. [El problema de este tipo de huelga sectorial rotativa es la presión ejercida por la dirección, que amenaza a los trabajadores acusados de seguir trabajando, aunque el convenio colectivo haya expirado. Por ello, la UAW está publicando vídeos en las redes sociales para informar a los empleados de que sus derechos siguen activos].

Es la primera vez que la UAW se declara en huelga simultáneamente contra los tres principales fabricantes de automóviles.

Hemos trabajado duro para intentar llegar a un acuerdo basado en la justicia económica y social para nuestros miembros», declaró el presidente de la UAW, Shawn Fain[2], en un discurso pronunciado a última hora del jueves 14 de septiembre, antes de la medianoche, fecha límite para iniciar la huelga. «Nos hemos mantenido firmes. Estamos decididos a conseguir un acuerdo con las Tres Grandes que refleje los increíbles sacrificios y contribuciones que los miembros de la UAW han hecho a estas empresas… El dinero está ahí, la causa es justa, la gente nos observa y la UAW está dispuesta a plantar cara… Esto es un hito para nosotros.

Las últimas ofertas hechas públicas por las Tres Grandes a la UAW incluían aumentos de hasta el 20% [por parte de Ford, las demás son inferiores] en un convenio para cuatro años, pero las propuestas se han quedado hasta ahora muy por debajo de las exigencias del sindicato en materia de salarios, ajustes del coste de la vida, prestaciones a los pensionistas y otras cuestiones clave.

El consejero delegado de Ford, Jim Farley, que el año pasado se llevó a casa casi 21 millones de dólares en compensación total, declaró a la CNN que la presión de la UAW por un aumento salarial de casi el 40% «nos dejaría fuera del negocio». Shawn Fain lo calificó de «broma».

«El coste laboral de un vehículo es el 5% del vehículo», dijo Shawn Fain desde la línea de piquete frente a la planta de montaje de Ford en Michigan. «Podrían duplicar nuestros salarios y no subir el precio de los vehículos, y seguirían ganando miles de millones de dólares. Es mentira, como todo lo que sale de sus bocas».

Entre 2013 y 2022, según un análisis del Instituto de Política Económica publicado el 12 de septiembre, los tres grandes fabricantes de automóviles obtuvieron unos beneficios totales de unos 250.000 millones de dólares, lo que supone un aumento del 92%, y sus consejeros delegados recibieron un aumento salarial del 40%. Los fabricantes de automóviles también recompensaron a sus accionistas con 66.000 millones de dólares en dividendos y recompra de acciones.

Los salarios de los trabajadores del automóvil, mientras tanto, cayeron más de un 19% desde la crisis automovilística de 2008, cuando las y l los trabajadores [en realidad la dirección de la UAW] renunciaron a los ajustes por el coste de la vida y a otros beneficios para ayudar a los grandes fabricantes de automóviles a mantenerse a flote.

«Como madre soltera, trabajo con un salario que apenas me permite llegar a fin de mes», declaró al Washington Post Adelisa LeBron, una trabajadora de Ford en huelga. «Me gusta la forma en que Shawn [Fain] está luchando por nosotros, la forma en que no se va a conformar con un compromiso».

En su discurso a última hora del jueves, Shawn Fain instó a los sindicatos locales que aún no están en huelga a «seguir organizándose» para «demostrar a las empresas que estáis preparados para uniros a la huelga en cualquier momento». Esta estrategia hará esperar a las empresas [se refiere a la estrategia de huelga selectiva, que puede bloquear un proceso de producción, como ha hecho a veces IG Metall en Alemania]. Esta estrategia dará a nuestros negociadores nacionales la máxima influencia y flexibilidad en las negociaciones. Y si tenemos que llegar hasta el final, lo haremos. Todo está sobre la mesa.

El viernes 15 de septiembre por la tarde, la UAW está organizando lo que Shawn Fain denomina una «concentración masiva» ante un edificio de Ford en el centro de Detroit, a la que se espera que asista el senador estadounidense Bernie Sanders (independiente por Vermont)[3]. «Tenemos que demostrar al mayor número posible de personas que estamos librando la lucha correcta», dijo Shawn Fain. (Artículo publicado en la página web de Common Dreams, 15/09/2023)

_________

Notas

[1] Para la renovación del convenio colectivo de cuatro años, la UAW exigía un aumento salarial del 36% durante este periodo. Sin embargo, las «Tres Grandes» han propuesto aumentos que oscilan entre el 17,5% y el 20% en un periodo de cuatro años y medio. El UAW también exige una reducción de la semana laboral (a 32 horas, mientras que las semanas de 50 e incluso 60 horas se imponen «en caso de necesidad»). El sindicato también exige que los salarios se ajusten a los aumentos del coste de la vida. También exige que se ponga fin al sistema de empleo escalonado («sistema de niveles»), que implica que los nuevos trabajadores a tiempo completo cobren menos durante muchos años y tengan menos «prestaciones sociales»: cobertura sanitaria y pensiones (este sistema se introdujo en 2007-2008). Se trata de una reivindicación compartida por otros sectores de asalariados, como los Teamsters de UPS. Además, la UAW insiste en la reducción del empleo temporal con sus condiciones precarias, incluso en la subcontratación. También insiste en la necesidad de volver a un sistema de pensiones de prestaciones definidas (conocido como «primauté de prestations» en el sistema suizo) en lugar del sistema de ahorro 401(k), un sistema de capitalización con primacía de las cotizaciones (Red. Al’Encontre).

La UAW declaró que 147.000 afiliados habían participado en la votación que autorizaba la huelga si fracasaba la negociación colectiva: 46.000 en GM, 57.000 en Ford y 44.000 en Stellantis. El voto a favor de la huelga fue aprobado por el 97% de los votantes (Red. Al’Encontre).

[2] Shawn Fain era un miembro del sindicato que trabajaba como electricista en la planta de Stallantis en Kokomo, Indiana. Participó en un papel de liderazgo en el local de la UAW y formó parte del movimiento de reforma Miembros Unidos de la UAW. Fue elegido presidente de la UAW por los afiliados frente al presidente en funciones, Ray Curry, con una estrecha mayoría. La UAW ha estado marcada en el pasado por numerosos casos de corrupción (Red. Al’Encontre).

[3] Este fue el mensaje de B. Sanders a los Tres Grandes: «Es hora de que pongan fin a su codicia»