Agencias

Este jueves el secretario general de la ONU, António Guterres, ha ofrecido una rueda de prensa desde Nueva York donde ha repasado la actualidad de la política internacional, en la que destaca el golpe de estado que algunos soldados han llevado a cabo en Níger contra el presidente Bazoum. Sin embargo, Guterres ha dedicado el grueso de la conferencia a comentar una de las noticias del día en concreto: julio de 2023 será el mes más cálido desde que hay registros.

«Las consecuencias son claras y trágicas. Niños arrastrados por las lluvias monzónicas, familias huyendo de las llamas, trabajadores colapsando bajo un calor abrasador… Es un verano cruel para todo el planeta. Es un desastre. Y para los científicos, es inequívoco. Los humanos tienen la culpa. Todo esto es totalmente consistente con las predicciones y las repetidas advertencias. La única sorpresa es la velocidad, pero el cambio climático está aquí. Es aterrador y es sólo el comienzo. La era del calentamiento global ha terminado y ha llegado la era de la ebullición global», aseguró Guterres.

El secretario general de la ONU ha calificado como «inaceptable» la inacción climática y el nivel de ingresos de las empresas de combustibles fósiles. Y ha reclamado más movilización para combatir esta situación: «Los líderes deben liderar. Sin más excusas. Sin esperar a que otros se muevan primero. Simplemente no hay más tiempo para eso. Todavía es posible cumplir el acuerdo de París para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados y evitar lo peor del cambio climático. Pero sólo con una acción climática dramática e inmediata».

El dirigente admitió que en los últimos tiempos se habían producido algunos avances. Pero considera que ninguno va lo suficientemente lejos o, al menos, lo suficientemente rápido. Por ello, aseguró que la única opción para hacer frente a una escalada acelerada de temperaturas es una acción igualmente acelerada. Y considera que ahora tenemos por delante un periodo crucial para abordar este problema, con la Cumbre del Clima de África, la cumbre del G20, la Cumbre de la Ambición Climática de la ONU o la COP 28.

«Los pequeños estados en vías de desarrollo son víctimas del cambio climático. Están haciendo todo lo posible para reducir sus emisiones, pero no son el problema. El problema son los países desarrollados y las economías emergentes que se reúnen en el G20, que son responsables del 80% de las emisiones globales y deben intensificar la acción climática y la justicia climática», afirmó.

Llamamiento a gobiernos y empresas

¿Qué significan estas demandas en la práctica? «Primero, necesitamos nuevos y ambiciosos objetivos nacionales de reducción de emisiones por parte de los miembros del G20. Y ellos necesitan que todos los países tomen medidas en línea con el Pacto de Solidaridad Climática, para que los países desarrollados pueden comprometerse a alcanzar cero emisiones netas lo más cerca posible de 2040, y las economías emergentes lo más cerca posible de 2050″, explicó el secretario general de la ONU. «Todos los actores deben unirse para acelerar una transición justa y equitativa de los combustibles fósiles a las energías renovables», añadió.

Pero los gobiernos no son los únicos que, a juicio de Gutierres, deben actuar. Según explicó, es necesario que las empresas y las instituciones financieras presenten planes de transición «creíbles», que estén alineados con los estándares de cero emisiones netas. Además, deberían poner fin a sus préstamos e inversiones en combustibles fósiles. «No más lavado verde, no más engaños y no más distorsiones abusivas de las leyes antimonopolio para sabotear las alianzas netas cero», aseveró.

En todo caso, y en vista que las consecuencias del cambio climático ya se están dejando notar, el líder la ONU insistió en la importancia de adaptar las ciudades a los climas extremos, que ya son «la nueva normalidad». Algo que, dice, podría salvar millones de vidas. Además, reiteró que los países deben cumplir con las promesas sobre financiamiento climático para proporcionar 100 mil millones de dólares al año a los países en desarrollo.

«Los países también deben poner en funcionamiento el fondo de Pérdidas y Daños en la COP 28 de este año. No más retrasos. No más excusas. En términos más generales, muchos bancos, inversionistas y otros actores financieros continúan recompensando a los contaminadores e incentivando la destrucción del planeta. Necesitamos una corrección de rumbo en el sistema financiero global para que apoye una acción climática acelerada. Eso incluye poner un precio al carbono y presionar a los bancos multilaterales de desarrollo para que revisen sus modelos comerciales y enfoques de riesgo», sostuvo Guterres.

Y concluyó: «Necesitamos que los bancos multilaterales de desarrollo apalanquen sus fondos para movilizar mucha más financiación privada a un costo razonable para los países en desarrollo y aumenten su financiación para energías renovables, adaptación y pérdidas y daños. En todas estas áreas, necesitamos que los gobiernos, la sociedad civil, las empresas y otros trabajen en asociación para cumplir».