Agencias

La actual presidenta del Perú, Dina Boluarte, que asumió el cargo a razón de una crisis política desatada desde el 7 de diciembre tras la destitución de Pedro Castillo, anunció un diálogo con el Gobierno de Estados Unidos, lo que le ganó múltiples críticas.

El titular del Departamento de Estado del país norteamericano, Antony Blinken, expresó respaldo a la mandataria latinoamericana, aseveró su oficina mediante su canal oficial de Twitter.



«La presidenta de la república, Dina Boluarte, dialogó telefónicamente con el secretario de Estado de la Casa Blanca, Antony Blinken, quien le reiteró el respaldo de los Estados Unidos al Gobierno que lidera», apuntó la presidencia peruana.

Luego de que Castillo anunciara el 7 de diciembre su determinación de disolver el Congreso, al que acusó de entorpecer su gestión desde el primer momento, además de llamar a una asamblea constituyente para reconfigurar la carta magna hoy vigente en Perú, heredada por Alberto Fujimori, el mismo poder legislativo bajo amenaza determinó la vacancia contra el mandatario.

Boluarte, quien era la vicepresidenta en el gabinete de Castillo, asumió el mando, sin embargo su toma de posesión ha sido rechazada por miles de peruanos que han salido a las calles para respaldar el proyecto político anunciado por el mandatario depuesto, pues los manifestantes desean un congreso constituyente y adelantar elecciones.

La situación ha generado represión por parte de la Policía Nacional y las fuerzas armadas, de acuerdo con la Defensoría del Pueblo y distintos testigos ciudadanos, con un saldo al menos 20 personas fallecidas y decenas de heridos derivado de los enfrentamientos.

Luego de anunciar su enlace telefónico con la Casa Blanca, Boluarte fue criticada por distintas voces del Perú y otros puntos del mundo.

El internacionalista Aníbal Garzón, por ejemplo, relacionó el fenómeno a la Doctrina Monroe, elaborada en las primeras décadas del siglo XIX, cuando varios países latinoamericanos alcanzaron su independencia del Imperio español, y donde Washington estableció que se reservaba el criterio de considerar como un ataque contra sus intereses nacionales la intervención de europeos en el continente americano.

Distintos politólogos a lo largo de la historia han interpretado esta doctrina como una justificación estadounidense para el intervencionismo, que han ejercido en múltiples escenarios como el fomento de dictaduras o el control durante décadas del Canal de Panamá, entre otros episodios.

«Al imperio norteamericano no le importa la seguridad, la democracia o derechos humanos en un país, simplemente sus intereses geopolíticos y económicos. Mientras Dina Boluarte asesina al pueblo peruano, Biden aplaude», recriminó Garzón.

El filósofo y periodista Ricardo Milla Toro calificó la acción del Congreso de Perú de un golpe de Estado contra Castillo que derivó en la instalación de una dictadura militarizada, mientras que el periodista Ben Norton comparó el escenario con el de Bolivia en 2019, cuando el entonces mandatario Evo Morales fue instado a renunciar por las fuerzas armadas, cosa que terminó por hacer para luego asilarse en México.

«El régimen golpista de Perú está masacrando al pueblo con todo el apoyo del Gobierno de EEUU. Este régimen golpista ya ha asesinado a decenas de manifestantes. Cientos están heridos. Estos crímenes están patrocinados por Washington. Es muy parecido al golpe en Bolivia en 2019», evaluó.

Además, el ecuatoriano Alexis Sánchez Miño, simpatizante del exmandatario Rafael Correa, comparó la situación actual peruana con las dictaduras de Fulgencio Batista en Cuba, la dinastía Somoza en Nicaragua, Jorge Rafael Videla en Argentina y Augusto Pinochet en Chile, quienes, dijo, contaron con el respaldo estadounidense.

«(Boluarte) ¿seguirá masacrando al pueblo siendo el títere del golpismo oligárquico?», criticó.

Gobierno de Perú dicta toque de queda en provincia donde murieron 9 personas

El Gobierno de Perú declaró este domingo el toque de queda nocturno durante cinco días en la provincia de Huamanga, en la región de Ayacucho, tras las protestas y movilizaciones que esta semana dejaron nueve personas muertas en enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad en esa localidad.

La medida, que fue refrendada mediante un decreto publicado en un boletín extraordinario de normas legales, ordenó la «inmovilización social obligatoria» en Huamanga entre las 6 de la tarde y las 4 de la mañana (hora local) del día siguiente.

Señaló, sin embargo, que en el horario establecido «las personas pueden circular» para comprar alimentos, las farmacias atender al público, el libre tránsito de la prensa debidamente acreditada y el desplazamiento de vehículos y peatones que requieran de una atención médica de urgencia o adquirir medicamentos.

El decreto fue firmado por la presidenta Dina Boluarte; el primer ministro, Pedro Angulo; y los ministros de Defensa, Luis Otárola; Interior, César Cervantes, y de Justicia, José Tello.

De esa manera, Huamanga se suma a la medida del toque de queda nocturno que el Gobierno ya ordenó el pasado jueves en otras 15 provincias de 8 de los 24 departamentos que tiene el país.

El Gobierno de la presidenta Dina Boluarte decretó el miércoles pasado el estado de emergencia a nivel nacional por 30 días para intentar controlar los actos de vandalismo y violencia cometidos en las manifestaciones de protesta en su contra.

Durante el estado de emergencia, quedan suspendidos los derechos constitucionales relativos a la inviolabilidad de domicilio, libertad de tránsito por el territorio nacional, libertad de reunión y libertad y seguridad personales, detalló en su segundo artículo.

Este sábado, al menos cuatro de los nueve fallecidos en los enfrentamientos que se produjeron el jueves en Ayacucho fueron enterrados, mientras las autoridades sanitarias trasladaron a Lima a siete heridos y afectados durante el estallido de violencia en esa localidad.

El jueves una manifestación desencadenó en actos vandálicos y el intento de ocupar el aeropuerto regional, que fue repelido por policías y militares con armas de fuego, lo que dejó nueve muertos, tras el fallecimiento este sábado de otro de los heridos.

Las protestas comenzaron el pasado 7 de diciembre en varias regiones de Perú, sobre todo en Lima y el sur andino, luego de que el Congreso destituyera a Pedro Castillo de la Presidencia del país tras intentar dar un golpe de Estado.

Los manifestantes exigen la renuncia de Boluarte y el cierre del Congreso, así como la convocatoria a elecciones generales y a una asamblea constituyente.

Las cifras oficiales indican que hasta el momento han muerto 23 personas en diferentes zonas del país, mientras que el Ministerio de Salud informó que otras 77 personas permanecen hospitalizadas por los enfrentamientos, 29 de ellas en Ayacucho, 17 en Junín, 12 en La Libertad, 7 en Arequipa, 6 en Lima, 5 en Apurímac y 1 en Huancavelica.