La Jornada

La estatal rusa Gazprom anunció que el gasoducto Nord Stream 1, vital para el aprovisionamiento de Europa, mantendrá los grifos cerrados de manera indefinida por el problema de una turbina. El hecho se dio a conocer poco después que los ministros de Finanzas del G-7 acordaron poner un tope a los precios del petróleo ruso, a lo que Moscú advirtió que tendría consecuencias.

El ducto, que lleva el gas hasta Alemania, desde donde se distribuye a otros países europeos, debía reabrir este fin de semana, después de tres días de suspensión de entregas por “trabajos de mantenimiento”. Pero el pasado 2 de septiembre Gazprom informó que se detectaron “fugas de aceite” en una turbina y que el aprovisionamiento quedará “totalmente suspendido” hasta su reparación, sin avanzar ninguna fecha.