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Altos funcionarios estadounidenses han expresado su decepción en declaraciones a la cadena CNN en relación al verdadero impacto de las sanciones occidentales impuestas a Moscú por su operativo militar en Ucrania, ya que, en un primer momento, creyeron que las restricciones golpearían rápidamente la maquinaria militar del Kremlin y la vida cotidiana de los rusos.

«Esperábamos que cosas como [el sistema interbancario] SWIFT y todas las sanciones de bloqueo a los bancos rusos destrozarían por completo la economía rusa y que, básicamente, al entrar en septiembre, estaríamos tratando con una Rusia mucho más debilitada económicamente que la que estamos tratando», citó el canal a un alto funcionario estadounidense que hizo referencia a la decisión de Washington y de la Unión Europea de desconectar a algunos bancos rusos del SWIFT.

Otra fuente que se hizo eco de estas declaraciones recordó que la Administración del presidente Joe Biden pronosticaba que, a estas alturas, la economía rusa debería haber sufrido más daños, debido al nivel sin precedentes de las sanciones.

Sin embargo, otro informante aseguró que las restricciones fueron elaboradas a sabiendas de que las consecuencias más sensibles no serían necesariamente inmediatas. «Queríamos mantener la presión sobre Rusia a largo plazo, mientras hacía la guerra en Ucrania, y queríamos socavar las capacidades económicas e industriales rusas. Por lo tanto, siempre hemos visto esto como un juego a largo plazo«, cita el medio las palabras del funcionario.

Putin: «La táctica de guerra relámpago económica no funcionó»

Este lunes, el presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó que la situación presupuestaria de Rusia es ahora mejor que la de muchos países del G20. En este contexto, Putin constató que los intentos de Occidente de «presionar» a la economía rusa se han visto frustrados. «La táctica de guerra relámpago económica […] no funcionó, eso es obvio para todos a estas alturas», subrayó.

Mientras, el Banco Central del país redujo este viernes la tasa clave de interés en 50 puntos básicos, del 8 % al 7,5 %. El regulador justificó la decisión por la continua reducción de la inflación, que en agosto se situó en el 14,3 %, y la recuperación de la demanda interna.

El organismo subrayó que «la dinámica de la actividad comercial es mejor de lo que el Banco de Rusia había previsto en julio». «Sin embargo, las condiciones externas para la economía rusa siguen siendo difíciles y aún limitan significativamente la actividad económica», se señala en el comunicado oficial.

Por su parte, el Ministerio del Desarrollo Económico del país indicó en su informe del pasado 31 de agosto que el Producto Interior Bruto se redujo solo en el 1,1 % en los primeros siete meses de este año, una cifra que contrasta con los pronósticos de Biden, quien en abril dijo que el PIB ruso «se reducirá en dos dígitos solo este año».