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El primer ministro italiano Mario Draghi fue a Argelia este lunes y logró un acuerdo para conseguir desde ese país más gas natural, en el más reciente intento de un líder europeo por buscar fuentes alternas de energía y reducir su dependencia de Rusia tras la invasión a Ucrania.

Tras reunirse con el presidente Abdelmadjid Tebboune, Draghi dijo a reporteros en Argel que el acuerdo para intensificar la cooperación en el sector energético y para enviar más gas natural a Italia «es un paso significativo hacia el objetivo estratégico» de independizarse de la energía rusa.

«Habrá otros», añadió Draghi.

Rusia es el principal surtidor de gas natural de Italia, conformando un 40% de sus importaciones seguida de Argelia, que envía unos 21.000 millones de pies cúbicos de gas mediante el gasoducto transmediterráneo.

El nuevo acuerdo entre la compañía italiana Eni y la argelina Sonatrach añadiría 9.000 millones de pies cúbicos al gas argelino para el período 2023-2024, superando levemente a los 29.000 millones de pies cúbicos que Rusia ofrece.

El aumento en el flujo de gas argelino comenzará en el otoño, afirmó Eni en una nota de prensa.

Europa está tratando de reducir rápidamente su dependencia del gas natural ruso tras la invasión rusa a Ucrania. Al mismo tiempo, hay temores de que Rusia suspenda los envíos por su cuenta, lo que tendría graves consecuencias para la economía europea. El gas natural es usado para la generación de electricidad, para la calefacción y el aire acondicionado doméstico, y para fines industriales.

El presidente ruso ya ha tratado de obligar a los países a pagar en rublos por el gas natural, en un aparente intento por apuntalar la divisa rusa. Una cláusula, sin embargo, permite a los países pagar a cierto banco ruso en dólares y euros si así lo estipula un contrato.

Lituania, un país pequeño que era miembro de la Unión Soviética, recientemente se libró totalmente del gas ruso, siendo el primer país de los 27 que integran la Unión Europea en independizarse totalmente de la energía rusa.

Lituania ya llevaba años planificando esa medida, que es más difícil para países grandes como Alemania e Italia que reciben la mayoría de su energía de Rusia.

La UE planea reducir sus importaciones de gas ruso en dos tercios para fines de este año, y eliminarlas de todo para 2030, mediante el fomento de recursos alternos de energía como la energía solar y eólica. La UE ha pactado con Estados Unidos para recibir más gas natural licuado por vía marítima.