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“Las perspectivas económicas globales han empeorado significativamente” desde el último informe Perspectivas Económicas Mundiales, señala el último reporte del Fondo Monetario Internacional dado a conocer este martes en Washington.
Como consecuencia principalmente de la guerra en Ucrania, ahora el FMI proyecta 3,6% de crecimiento para el mundo, tanto para este año como para el próximo, con una reducción de 0,8 y 0,2 puntos porcentuales respecto de la previsión de enero pasado.
A comienzos del año, el Fondo esperaba que la recuperación global se fortaleciera en el segundo trimestre del año después del limitado impacto de la variante Omicron. Desde ese momento las perspectivas se han deteriorado principalmente por la invasión rusa a Ucrania.
La crisis derivada de la guerra se desató cuando la economía global se encontraba en un camino de reparación “pero no totalmente recuperada de la pandemia de Covid-19, con una significativa divergencia en la recuperación económica entre los países avanzados y los emergentes y en desarrollo”, sostuvo el economista Pierre-Olivier Gourinchas, director de Investigaciones del organismo multilateral.
En adición a la guerra, los frecuentes y extendidos cierres en China, incluyendo centros clave de manufacturas, también desaceleró la actividad en las economías más grandes del mundo. Estas circunstancias “pueden causar nuevos cuellos de botella en las cadenas globales de suministros”.
De esta forma, los riesgos para las perspectivas económicas crecieron “bruscamente” y las decisiones de política económica se han vuelto “más desafiantes”.
El informe prevé que, con unas pocas excepciones, las tendencias en materia de empleo y producción se mantendrán por debajo de los niveles registrados antes de la pandemia hasta 2026.
Inflación
El Fondo espera que la inflación permanezca elevada por más tiempo que lo anteriormente previsto de la mano de la suba en los precios de las materias primas inducida por la guerra y por la ampliación de las presiones de precios.
Para 2022, la inflación se proyecta a 5,7% anual en las economías avanzadas y 8,7% para los países emergentes y en desarrollo, con aumentos de 1,8 y 2,8 puntos, respectivamente, con relación a las previsiones realizadas en enero.
En muchos países la inflación se ha vuelto un tema de preocupación central. Algunas economías avanzadas, incluyendo Estados Unidos y ciertos países europeos, han llegado a los niveles de subas de precios más elevados en 40 años, en un contexto en el que los mercados laborales se presentan “ajustados”.
“Hay un riesgo creciente de que las expectativas de inflación se vuelvan desancladas promoviendo una respuesta de endurecimiento monetario más agresiva por parte de los bancos centrales”, sostiene Gourinchas.
Y alerta que “en las economías emergentes y en desarrollo, los aumentos en los precios de los alimentos y el combustible pueden incrementar significativamente el riesgo de agitación social”.
Debido a que Rusia es un oferente importante de petróleo, gas y metales y, junto con Ucrania, de trigo y maíz, la declinación de la oferta de estas materias primas ha provocado una “brusca” suba de los precios. Europa, la región del Cáucaso y Asia Central, Medio Oriente, el norte de África, y África subsahariana son las zonas más afectadas.
Se estima que los aumentos en los precios de los alimentos y el combustible afectarán a los sectores con menores ingresos de manera global, incluyendo América y Asia.
Aunque se espera que los cuellos de botella eventualmente disminuyan a medida que la producción globalmente responda a los mayores precios y una mayor capacidad operativa, se prevé que la escasez de oferta en ciertos sectores dure en 2023.
Como resultado, “se proyecta ahora que la inflación permanezca elevada por más tiempos que en los anteriores informes, tanto en las economías avanzadas como en los países emergentes y en desarrollo”.
Riesgos
En cuanto a los riesgos, el FMI advierte que las condiciones se pueden deteriorar significativamente si empeoran los desbalances entre oferta y demanda, incluyendo aquellos derivados de la guerra. Alerta que mayores incrementos en los precios de las materias primas pueden llevar a una persistente inflación elevada, un aumento en las expectativas inflacionarias y demandas salariales.
El mundo también enfrenta peligros financieros. Considera que un amplio rango de economías emergentes pude caer bajo presión si se acelera el ritmo del endurecimiento de la política monetaria, especialmente en los Estados Unidos”.
La deuda de las empresas y las familias se ha incrementado en muchos países durante la pandemia y esto puede crear vulnerabilidades en el mercado de crédito si aumentan las tasas de interés y las primas de riesgo “con implicancias para la estabilidad financiera”.
También el informe advierte que ha aumentado el riesgo de una mayor fragmentación permanente de la economía mundial en bloques geopolíticos con distintos estándares tecnológicos, sistemas de pago y reservas en divisas.
“Dicho cambio tectónico implicaría un alto costo de ajuste y pérdidas de eficiencia a largo plazo a medida que se reconfiguran las cadenas de suministro y las redes de producción” sostiene Gourinchas. Y agrega que “también representa el mayor desafío para las reglas que han gobernado las relaciones internacionales y económicas de los últimos 70 años”.
Guerra de Ucrania
El informe asume como supuestos que el conflicto bélico seguirá focalizado en Ucrania y que se controlará la pandemia. No obstante, advierte que la situación podría empeorar si se agrava la guerra, si escalan las sanciones a Rusia, por una desaceleración más pronunciada que la esperada para China o si estallara una variante más virulenta del Covid-19.
El Fondo es particularmente cauteloso al advertir que “debido a la naturaleza sin precedentes del shock, destacamos que la incertidumbre en torno de estas proyecciones es considerable, mucho más allá del rango usual”.
En este contexto, se considera que “la cooperación multilateral sigue siendo esencial”. Plantea que un objetivo inmediato es una resolución pacífica del conflicto en Ucrania, pero también se considera “imperativo” cerrar la brecha entre los objetivos declarados y las acciones políticas en el frente climático
Igualmente importante se considera la necesidad de asegurar un acceso equitativo a los tratamientos para enfrentar el Covid-19 (tests, terapias y vacunas).