Agencias
En medio de una creciente volatilidad en los mercados y del desafío de saber leer la coyuntura para tomar decisiones, el estratega jefe de acciones de Estados Unidos de Morgan Stanley, Michael Wilson, advirtió sobre la desaceleración de la economía y recomendó tomar posiciones defensivas comprando bonos en vez de acciones.
«El reciente repunte en los mercados de valores será de corta duración», dijo uno de las personalidades más escuchadas en Wall Street. «Eso nos deja más constructivos con los bonos que con las acciones a corto plazo, ya que las preocupaciones sobre el crecimiento ocupan un lugar central, de ahí que dupliquemos nuestro sesgo defensivo», señaló Wilson.
La tesis de Wilson es que la economía se dirige hacia una fuerte desaceleración, debido a una “recuperación de la demanda del estímulo fiscal del año pasado, la destrucción de la demanda por los altos precios, los picos de los precios de los alimentos y la energía a causa de la guerra que sirven como impuesto, y la acumulación de inventarios que ahora se han puesto al día con la demanda”. Este contexto macroeconómico menos indulgente será cada vez más difícil de ignorar para los inversores, ya que consume las ganancias corporativas.
A pesar de las preocupaciones del conflicto que se libra en Ucrania y las consiguientes sanciones contra uno de los cimientos del suministro mundial de materias primas exacerbarán las presiones inflacionarias récord. Este contexto macroeconómico menos indulgente será cada vez más difícil de ignorar para los inversores, ya que consume las ganancias corporativas.
Hoy será un día clave. La atención de los mercados sigue un día más centrada en las perspectivas de un endurecimiento de la política monetaria más agresivo de lo que se había planteado debido a la fuerte escalada de la inflación. A la espera de que esta tarde se conozcan las actas de la última reunión de política monetaria de la Reserva Federal, los inversores siguen intentando digerir las declaraciones realizadas por Lael Brainard, considerada la mano derecha de Jerome Powell en la Fed.
Los operadores apuestan por que la Reserva Federal subirá las tasas en 225 puntos básicos de aquí a finales de año, subas que se sumarán a los 25 puntos básicos de la reunión de marzo. La Fed no ha realizado tantas subas en un año desde 1994. De hecho, la rentabilidad del bono estadounidense de deuda a diez años supera ya el umbral del 2,6%, en máximos no alcanzados desde 2018 y 2019.
El otro factor desestabilizante del mercado es la guerra en Ucrania. A los inversores les sigue preocupando en especial que el creciente aislamiento de Rusia pueda alterar aún más los flujos de materias primas. Se esperan nuevas sanciones a Rusia, incluyendo una prohibición de EEUU a las inversiones en el país y la prohibición de la Unión Europea a las importaciones de carbón.