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En las últimas semanas, la economía venezolana ha mostrado un comportamiento que hasta hace poco parecía inusitado: la valoración diaria del dólar frente al bolívar ya no es una preocupación y mucho menos lo es salir apresuradamente a comprar divisas.
Escuchar como tema de conversación el alza diaria del dólar o ver estados de Whatsapp con mensajes de compra y venta de dólares, ha desaparecido del paisaje cotidiano. Tampoco es cuestión de urgencia revisar dos veces al día la cotización del llamado «dólar paralelo», que hasta el año pasado aumentaba exponencialmente su valor frente al bolívar y era utilizado como la principal referencia en el mercado.
Así, la vorágine económica que mostró Venezuela entre los años 2016 hasta mediados de 2021, con una hiperinflación descontrolada —sin precedentes— que destruyó el poder adquisitivo de la población, su calidad de vida y dejó al bolívar como una moneda que nadie deseaba tener en sus manos, muestra ahora otra dinámica.
En este escenario comienzan a aparecer locales comerciales que marcan sus precios únicamente en bolívares, cuando antes —en plena crisis hiperinflacionaria— sus estanterías mostraban solamente etiquetas con referencias en dólares, que se utilizaban para calcular el pago final de un producto según la tasa de cambio que dictaba el mercado paralelo, dependiendo del día y la hora que se realizara.
La nueva coyuntura, aunque mantiene las transacciones en divisas —en su mayoría con dólares en efectivo, criptoactivos y métodos de pagos digitales extranjeros—, muestra también una acentuada preferencia por el uso del bolívar a través de métodos de pago electrónicos e incluso de billetes que se mantienen en circulación con el nuevo cono monetario.
A inicios de semana, la vicepresidenta venezolana y también ministra de Economía y Finanzas, Delcy Rodríguez, indicó —durante la presentación de la memoria y cuenta ante el parlamento— que entre 2021 y 2022, la demanda del bolívar ha mostrado una recuperación y se ha revaluado en al menos 6% con respecto al dólar.
¿Cómo se logró?
La alta funcionaria explicó que la dinámica económica actual es producto de una serie de medidas aplicadas por el gobierno, desde agosto de 2018, a través del «Plan de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad» que presentó al país el presidente, Nicolás Maduro.
A partir de ese momento, señaló Rodríguez, se han ejecutado distintas acciones que comenzaron con la derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios, «para facilitar el ingreso de divisas», lo que permitió la libre circulación del dólar y otras monedas «en todos los circuitos comerciales de Venezuela».
Otras medidas importantes fueron la sustitución del control de precios por un esquema acordado con los sectores productivos; la ejecución de reformas tributarias y arancelarias; y la creación de un nuevo mercado cambiario en el que participan diversos actores económicos, que ha permitido fijar el valor de las divisas con respecto al bolívar en el mercado legal, y no el llamado dólar paralelo que antes se imponía.
Rodríguez destacó también la aprobación de la Ley Antibloqueo, creada para atraer inversiones extranjeras «de forma segura» frente a las sanciones impuestas por EE.UU., la Unión Europea y sus gobiernos aliados; y la institucionalización del diálogo con el sector privado a través del Consejo Nacional de Economía, que ha sido «esencial» para «la recuperación progresiva de la producción nacional».
Otra política acertada, indicó la vicepresidenta, es el programa de compras públicas, que privilegia la adquisición de productos hechos en Venezuela sobre los importados, lo que ha impactado positivamente en la producción local de los distintos sectores.
Y, aunque las políticas económicas actuales buscan romper con el rentismo petrolero debido a las «deformaciones» que genera contra la economía, explicó Rodríguez, la situación actual también incluye el resurgimiento de la industria que elevó la producción en diciembre de 2021 a más de 1 millón de barriles diarios, con la meta de alcanzar los 2 millones para este 2022.
Impacto del bolívar digital
Un punto clave, comentó Rodríguez, fue la puesta en marcha del Programa de Recuperación Monetaria, que incorporó el lanzamiento del bolívar digital y el nuevo cono monetario, con seis ceros menos.
La ministra recordó que en enero de 2019, cuando se impuso el llamado «gobierno interino» de Juan Guaidó auspiciado por EE.UU., la inflación mensual alcanzó su tope al marcar 197%, lo que significó «el punto máximo de la asfixia económica y financiera» contra el país.
«Hace un año dijimos que la moneda de curso legal es y seguirá siendo el bolívar y hoy podemos mostrar importantes índices de recuperación de nuestra moneda y de nuestra soberanía monetaria», resaltó la ministra, al recordar que una de las principales amenazas para la economía fue la imposición del precio del dólar en el mercado paralelo, pues sirvió como «uno de los instrumentos más usados» por «sectores extremistas y golpistas» para atacar la vida de la población.
Por ejemplo, dijo Rodríguez, el precio del dólar no oficial entre julio de 2019 y febrero de 2020, se multiplicó seis veces; luego, en ese mismo periodo de los años 2020 y 2021, la divisa escaló siete veces su valor frente al bolívar. Sin embargo, entre julio de 2021 y febrero de 2022, la cotización de la moneda estadounidense apenas creció 15 %, una cifra que responde a la actividad de las mesas de cambio en las que se fija el precio publicado por el Banco Central de Venezuela (BCV), que ha permitido «gobernar» al dólar paralelo.
Además, la recuperación del bolívar también se vincula al aumento de la tasa de bancarización, que incide en el uso de la moneda venezolana a través de los distintos métodos de pagos digitales, explicó Rodríguez, proceso que para el cierre del 2021 cerró en 91% de la población —de 16 años en adelante— registrada.
«Quiénes han clamado por la dolarización del sistema financiero venezolano para entregar la soberanía monetaria, se han encontrado con esta realidad que salta a la vista», dijo Rodríguez y señaló que este proceso de cambio incluye el fin del ciclo hiperinflacionario y la contención de la inflación, que en los últimos seis meses ha permanecido por debajo de los dos dígitos, luego que en febrero pasado cerrara en 2,9%, la más baja en ocho años.
Cifras de crecimiento
El nuevo músculo que muestra la economía venezolana refleja también indicadores positivos en 2021, como el aumento de la producción de maíz y arroz, que comparada con 2020, crecieron 60% y 17%, respectivamente.
«Esto es producto de muchos esfuerzos del sector privado, de los movimientos sociales productivos y las políticas gubernamentales que ha aprobado la expansión de créditos y normas técnicas», dijo Rodríguez, e indicó que estos avances van con la política de «sustitución estratégica de importaciones».
Otro punto ha sido el abastecimiento de alimentos, que tras la imposición de sanciones de EE.UU. contra la industria petrolera venezolana, apenas alcanzaba en 2017 el 20%. Ahora, al cierre de 2021, este indicador, que es «un asunto de interés y de seguridad nacional», dijo Rodríguez, está en 89%.
Además, la ministra precisó que en 2018 la importación de materia prima y alimentos recaía principalmente en el Estado venezolano, que llegó a cubrir hasta el 98% de las importaciones de materia prima y alimentos. Ahora, para 2021, el 100% de estas la ejecutó el sector privado con sus propios recursos.
De igual forma crecieron las exportaciones no tradicionales, que en 2021 subieron 76% con respecto al 2020, lo que llevó a que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), apuntó Rodríguez, colocara a Venezuela en el octavo lugar entre los países de la región que más exportan.
Otros datos, no menos importantes, han sido el crecimiento de la ocupación hotelera en el área de turismo, que aumentó 94% en 2021 con respecto al 2019, año que no fue afectado por la pandemia del coronavirus; y el «incremento progresivo» de la recaudación tributaria, que en lo que va de 2022 ya ha crecido 120% con respecto al 2021, permitiéndole al Ejecutivo aprobar un aumento de 1.705% del salario mínimo, a partir del 15 de marzo, que pasó de unos 8 a 130 bolívares mensuales (cerca de 30 dólares) más otras bonificaciones, que impactan la escala salarial de trabajadores públicos e incluye a pensionados.
¿Qué opinan los venezolanos?
Yoelis Martínez, transeúnte caraqueña, dijo a RT que ahora no percibe ninguna ventaja con los dólares, pues dice que ha caído el valor que se le dio a esa moneda durante la hiperinflación. «Si tengo dólares en efectivo prefiero gastarlos y quedarme con los bolívares en mi cuenta porque ya no se devalúan como antes. Esos bolívares puedo usarlos para pagos de servicios por internet y hasta para ahorrarlos», opina.
Para Jesús Muñóz, trabajador de un local comercial, el apego que tenían las personas con el dólar ha ido desapareciendo. «Aquí la gente viene y paga con dólares y con bolívares. Antes se ponían molestos si uno les daba vuelto en bolívares porque no teníamos divisas, pero ahora no, incluso muchas personas vienen a cambiarnos sus dólares porque a veces necesitan tener efectivo en bolívares».
Mariel Acosta, vendedora de un puesto de comida rápida, señala que en los últimos meses la mayoría de las personas paga más con bolívares y lo hacen con transacciones electrónicas, como tarjetas de débito, pago móvil o efectivo. «Vendemos la hamburguesa en 5 bolívares o un dólar, y si tenemos que dar vuelto, por cada dólar lo damos en 5 bolívares también, eso lo hacemos por la dificultad de dar vuelto en céntimos. Si llega alguien con 4,5 bolívares se los aceptamos, igual si nos pagan con un dólar que está como en 4,3, todo depende, la gente nos entiende y saben que no lo hacemos por cobrar más».
Entre tanto, para Wilmer Camargo, un comprador, señala que «desde que el dólar comenzó a bajar» prefiere guardar las divisas y pagar con bolívares «lo más que pueda». «Yo trato de mantener mis ahorros en dólares porque uno nunca sabe cuando se vuelve a disparar y prefiero tener esa platica en casa».
María Gabriela Navarro, compradora, percibe que en «algunos locales comerciales», los precios en bolívares han bajado. «Fui a comprar unas toallas sanitarias y costaban 9 bolívares y me pareció muy caro. Al día siguiente, volví a ir por otro producto y vi la misma toalla que la habían bajado a 5 y la compré. Yo creo que eso está pasando en varios locales porque están fiscalizando los precios».
Otra experiencia la cuenta Daniel Figueroa, un diseñador gráfico que trabaja por cuenta propia. «En mi caso, yo casi todo lo pago en digital por zelle y paypal. Lo que me pagan por zelle, que me lo depositan a un familiar en EE.UU., trato de usarlo para comprar la comida de la casa y los gastos fuertes porque es más fácil que los locales lo reciban. El paypal, como es más difícil conseguir donde usarlo, trato de ahorrarlo o, cuando necesito, lo cambio en bolívares, aunque a veces lo pagan muy por debajo de la tasa de cambio».
Oswaldo Pérez, trabajador público, señala que aunque el precio del dólar se ha mantenido estable e incluso ha bajado en las últimas semanas, aún falta «mejorar mucho» el salario. «El aumento que dio el presidente, aunque lo valoramos, es insuficiente, además, los porcentajes que se están dando en la escala salarial son menores a los que teníamos y eso no debe ser porque vulnera nuestros derechos adquiridos. Eso deben revisarlo bien, no podemos ser los trabajadores los que nos toca aguantar más y los más perjudicados».
Otra postura la tiene Rodrigo Álvarez, dueño de un taller de pinturas para vehículos. Él comenta que hace un año prefería que le pagaran en divisas y le decía a los clientes que así era mucho más fácil conseguir los materiales para reparar sus carros con rapidez.
«Tener bolívares en la cuenta era un dolor de cabeza, porque se devaluaban muy rápido y terminaba perdiendo, entonces tenía que cobrar un poco más si me pagaban en bolívares para no perder por culpa de la inflación, además trataba de cambiarlos rápido a dólares o gastarlos de una vez. Ahora ya no», comenta.
Andrea Marcano, vendedora de una tienda de calzado, explica que a su parecer las personas están volviendo a valorar la moneda local. «Yo creo que la gente está empezando a querer otra vez al bolívar y ya no le sacan el cuerpo, además parece que cuando uno compra en bolívares es más económico que con dólares. Hay que estar muy pendientes cuando uno va a pagar con divisa, porque a veces algo que costaba 10 dólares ahora te puede salir en 12».
Lo que falta
En una alocución reciente, el presidente Maduro indicó que con el bolívar digital, Venezuela ha dado «pasos importantes» que han reflejado el «gran acierto» que ha sido su entrada en vigor.
«Hoy el bolívar transita el camino a su autofortalecimiento, el bolívar va recuperando el espacio», dijo el mandatario, que avizoró que el país se encamina hacia «la economía digital total».
Maduro señaló que para seguir fortaleciendo «la economía real», se debe mantener la sustitución de importaciones, reforzar la cadena productiva nacional, diversificar las exportaciones y atraer más inversión extranjera.
«Yo dije que al llegar el crecimiento económico de la economía real, ahorrando parte de los impuestos y garantizando la emisión de bolívares limpios, de bolívares reales, con la riqueza petrolera, con la venta de oro, con las reservas internacionales, con las reservas de petróleo (…) vamos a un plan de recuperación del salario mínimo nacional, de todas las tablas salariales y de todos los contratos colectivos de manera sostenible, controlando la inflación, controlando el tipo de cambio, y ha llegado el momento», dijo Maduro.