Agencias

El presidente electo de Chile, el izquierdista millennial Gabriel Boric, dio a conocer el viernes a los 24 miembros de su futuro gabinete ministerial, entre los que figuran 14 mujeres y diez hombres. Además, entre los escogidos hay siete independientes de centroizquierda y tres comunistas.

Seis de los nuevos ministros que acompañarán al joven líder chileno a partir del 11 de marzo, cuando asuma el poder, pertenecen a una generación de exlíderes estudiantiles menores de 40 años que, al igual que Boric, encabezaron desde 2011 multitudinarias protestas en demanda de una educación gratuita y de calidad y que posteriormente saltaron de la calle a la Cámara de Diputados y no han trabajado nunca en un gobierno.

Para el Ministerio de Hacienda seleccionó a Mario Marcel, un independiente de centroizquierda que trabajó con dos gobiernos socialistas. Hasta la víspera era presidente del Banco Central, impulsor hace años de una política de responsabilidad fiscal y que buscaba dar garantías al gran empresariado.

El Ministerio del Interior estará por primera vez en manos de una mujer, la doctora Izkia Siches, una exmilitante del Partido Comunista (PC), que dejó en noviembre la presidencia del Colegio Médico para sumarse al grupo de asesores cercanos del mandatario electo, y la diputada comunista Camila Vallejo, una exlíder universitaria que será la vocera del gobierno.

El Ministerio de Defensa quedó en manos de la socialista Maya Fernández, nieta del derrocado presidente socialista Salvador Allende.

Otro ministro es el diputado Giorgio Jackson, del izquierdista Frente Amplio (FA), al que también pertenece Boric. Ambos coincidieron en las luchas estudiantiles, fundaron partidos políticos y el FA en 2017, y llegaron juntos al Congreso en 2014, al igual que Vallejo.

“Hemos conformado este equipo con personas preparadas, con conocimientos, con experiencia y comprometidos con la agenda de cambios que el país necesita”, dijo Boric tras presentar a los miembros de su futuro gabinete, a los que pidió impulsar los cambios “que hagan que la dignidad sea pan de cada día”.

Loreto Cox, académica de la Escuela de Gobierno de la Universidad Católica, dijo a The Associated Press que el que haya 14 mujeres en un gabinete de 24 miembros, “es una señal importante para avanzar en paridad”.

Opinó que la designación de Marcel en Hacienda “es el nombramiento más importante… es una persona transversal en la política” y “es una señal muy importante de moderación y compromiso con el equilibrio fiscal”.

Tras conocerse los integrantes del próximo gabinete, los mercados reaccionaron positivamente. El dólar bajó a 802 pesos y la bolsa subió un 2,13%, a diferencia de los ocurrido en diciembre, tras la elección de Boric, cuando la moneda estadounidense trepó 27 pesos, hasta 864 pesos, y la bolsa cayó cerca de 7%.

Todos los considerados para algún cargo fueron sometidos a múltiples filtros que incluyeron averiguar sobre demandas por deudas alimenticias, violencia intrafamiliar y hasta sus posteos en redes sociales.

Boric llegará al gobierno con el objetivo de modernizar la salud pública, en la que se atiende el 80% de los chilenos, eliminar las administradoras privadas de pensiones y subir las jubilaciones, aumentar en 200 dólares el salario mínimo, implementar impuestos a los más ricos, crear 500.000 empleos femeninos y una jornada laboral de 40 horas, entre otras promesas que despertaron enormes expectativas entre los chilenos.

Su candidatura fue impulsada por Apruebo Dignidad, una alianza entre el FA y el PC, que carece de personas con experiencia en tareas de gobierno, por lo que acudió a la centroizquierda que gobernó Chile los 24 años que siguieron al retorno de la democracia, a la que Boric y el FA criticaron severamente porque llegaron a acuerdos con la centroderecha.

Además, sólo tiene 37 de los 155 diputados por lo que deberá pactar con la centroizquierda, pese a lo cual no alcanzará la mayoría simple necesaria para aprobar varios de sus proyectos, mientras el Senado estará dividido en mitades.

El futuro gobierno deberá poner en marcha un plebiscito obligatorio en que los chilenos votarán si aprueban un proyecto de Constitución elaborado por una Convención Constitucional, que nació tras las masivas protestas por mayor justicia social de fines de 2019, que fueron calmadas por un acuerdo político transversal que abrió pasó al referéndum que aprobó cambiar la Carta Magna impuesta por la dictadura militar (1973-1990). Boric, en contra de la opinión del FA y del PC, suscribió el pacto.

El presidente electo afirma que durante su gobierno primará el diálogo con todos los sectores para impulsar los cambios que prometió al país, y entre sus últimas reuniones con políticos incluyó a la futura oposición de centroderecha.