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Un movimiento para dejar de invertir en combustibles fósiles está ganando apoyo entre las fundaciones a medida que los activistas presionan para que los recursos se desvíen del carbón, el petróleo y el gas natural.

El llamado de los activistas al mundo caritativo es simple: abandonen los combustibles fósiles y dirijan sus inversiones hacia compañías y fondos protectores del clima.

La campaña mundial ha buscado compromisos de universidades, corporaciones y otras entidades. Ahora, dos de los nombres más importantes de la filantropía, las fundaciones Ford y MacArthur, están alejando sus inversiones de los combustibles fósiles, y los líderes del movimiento de desinversión esperan que esto sea un punto de inflexión para el mundo caritativo.

«Hacemos un llamado a los gobiernos y corporaciones para que actúen sobre el clima de manera agresiva y acorde con la ciencia», dijo Ellen Dorsey, directora ejecutiva del Fondo Mundial Wallace y líder en Filantropía Divest-Invest.

Los anuncios de Ford y MacArthur se produjeron poco antes de la cumbre climática de Naciones Unidas en Glasgow que comenzó el lunes, donde activistas, legisladores y científicos están presionando para que se tomen medidas de gran alcance sobre el cambio climático. Ambas fundaciones se están uniendo a casi 200 organizaciones benéficas y empresas que administran inversiones para familias adineradas que se han comprometido a desinvertir, según Divest-Invest Philanthropy.

Pero en los últimos años, los activistas han argumentado que es hipócrita que algunas fundaciones financien iniciativas que abordan el cambio climático mientras invierten en empresas relacionadas con los combustibles fósiles. Según la Fundación ClimateWorks, la financiación filantrópica mundial para la mitigación del cambio climático ascendió a entre 6.000 millones y 10.000 millones de dólares en 2020, menos del 2% de las donaciones totales.