La Izquierda Diario_VE
Publicamos a seguir los datos más relevantes en cuanto la informalidad laboral en el país del estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, en el que se destaca que para el 2020, 8 de cada 10 trabajadores venezolanos estaba en la informalidad, cifra que en 2015 era de 48,5%.
En el país no se publican los indicadores oficiales del mundo del trabajo desde hace casi ocho años. Una manera de buscar ocultar por parte del Gobierno de Maduro la cruda y alarmante realidad que viven los trabajadores en medio de la catástrofe económica y social que se ha venido arrastrando.
Entre el gobierno y los capitalistas de todos los bandos han llevado a la crisis más catastrófica que haya vivido el país en más de un siglo, y se la han hecho pagar a los trabajadores y al pueblo con la tragedia social que lleva más de siete años
La brutal destrucción de los derechos de la clase trabajadora con la eliminación o suspensión de las contrataciones colectivas así como otros derechos laborales mediante el Memorando 2792 ha implicado que la Ley del Trabajo sino está eliminada en la formalidad no tiene ninguna aplicación. La crisis nos la han hecho pagar al pueblo trabajador con la hiperinflación, la destrucción inaudita del salario y las jubilaciones, paquetazos antiobreros y antipopulares y la eliminación de todo derecho a la par de toda una política represiva que ha llevado a que decenas de trabajadores hoy se estén en las cárceles o procesados por luchar o denunciar los más grandes niveles de corrupción.
Todo esto ha llevado a que los trabajadores viven prácticamente en niveles de semiesclavitud, y contra tal situación han venido protestando tal como lo hicieron en la reciente concentración y marcha el pasado 3 de noviembre.
Por toda esta situación en estos años los niveles de informalidad aumentaron de manera nunca vista en la historia contemporánea de nuestro país. Pero el Gobierno lo ha buscado ocultar no publicando los datos oficiales, pero los mismos no son necesarios pues saltan a la vista ante la miseria que vivimos.
Por ello publicamos a seguir los datos más relevantes en cuanto a los indicadores de la informalidad de la investigación llevada adelante por el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la UCAB, a cargo de Demetrio Marotta, titulado La informalidad laboral en Venezuela: definiciones, medición y desafíos y que puede leerse aquí.
En dicho estudio se detalla que ocho de cada 10 trabajadores en el país están en el sector informal, una cifra que se incrementó 74% durante los últimos cinco años. Se trata de una cifra alarmante que empezó a crecer desde 2015 a raíz de la crisis económica que padece el país, que condujo a la precarización del trabajo y por lo tanto a que los trabajadores buscaran alternativas fuera del empleo formal.
“En Venezuela, el nivel de informalidad laboral, entendida como la proporción de la fuerza de trabajo que no tiene acceso a la seguridad social, se ha incrementado drásticamente, pasando de 48,5% a 84,5% entre 2015 y 2020”, señala el economista en el trabajo académico.
El investigador precisa que su estimación se basa en el análisis de la más reciente Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI 2021), a partir de la cuantificación de los trabajadores que no están amparados por la legislación laboral, es decir, los que “no aportan, ni individual ni con el empleador, al sistema de seguridad social”. Señala que este es el parámetro de medición que ha sido sugerido desde 2003 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para entender mejor este problema.
Para entender un poco esta escalada en los porcentajes, la encuesta Encovi antes citada destaca que en el último lustro se produjo un incremento de la proporción de trabajadores no calificados de 9,7% a 36%; una reducción en la nómina del sector público de 36% a 24%; y una contracción de los trabajadores asalariados del 62% al 46%, a la par del crecimiento de los ocupados por cuenta propia de un 31% al 45%.
“El criterio que hoy prevalece en el análisis de la informalidad laboral abarca a todos los empleados que, independientemente de si trabajan en empresas formales (dentro del sector formal y la economía formal), no cuentan con las condiciones de un empleo fijo regular atendiendo a la normativa laboral. En consecuencia, en términos prácticos se abandonó la definición tradicional que calificaba el empleo utilizando criterios estáticos referidos a modalidades de trabajo y sectores específicos de actividad, con los cuales se excluían del análisis a muchos trabajadores que, en términos prácticos, desarrollan labores informales dadas la desprotección y las relaciones ilegales bajo las cuales se desempeñan”.
Para Marotta, las cifras de informalidad laboral en Venezuela pueden ser alarmantes, pero no sorprendentes. Explica que, en el último lustro, el mercado laboral ha enfrentado “cambios radicales”, debido a los “agudos problemas recesivos e inflacionarios” de una economía que ha reducido su tamaño en un 80%.
En ese sentido, refiere que, según los datos de la ENCOVI, entre 2014 y 2020 el porcentaje de trabajadores asalariados cayó de 62% a 46%; la cifra de ocupados por cuenta propia subió de 31 a 45%; la proporción de trabajadores en empleos vulnerables aumentó de 35% a 51% del total de ocupados y la nómina pública de empleados y obreros pasó de 36% a 24%.
“Los ocupados sin contrato laboral o con simple acuerdo verbal, también aumentaron de un 47% en 2015 a 55% en 2018”, apunta el investigador, a la vez que señala que la proporción de trabajadores no calificados o en oficios elementales subió significativamente, “pasando de 9,7% en 2015 a 36% en 2020”.
Morotta advierte que en el país las cifras de la informalidad laboral “han estado subestimadas”, como “consecuencia de la hoy inadecuada definición estadística aplicada por el INE” (Instituto Nacional de Estadística).
El organismo incluye en esta categoría a “las personas de 15 años y más, que declararon que laboran en empresas con menos de cinco personas (incluido el patrón), servicio doméstico, trabajadores por cuenta propia no profesionales (tales como vendedores, artesanos, conductores, pintores, carpinteros, buhoneros, etc.) y ayudantes familiares no remunerados y que trabajen 15 horas o más semanalmente”.
Aun así, apunta que las propias cifras del INE dan cuenta de que el fenómeno de la informalidad laboral se ha venido incrementando desde hace 40 años.
“La tendencia de crecimiento de la tasa de ocupación informal comienza a inicios de la década de los 80 hasta el año 2005, período en el cual superó el 50% del empleo total entre 1999 y 2004. Posteriormente, comienza una senda de decrecimiento como consecuencia del boom de ingresos petroleros, de aumento del gasto público y del incremento en la contratación por parte del Estado, absorbiendo a buena parte de los ocupados informales. En 2015 el empleo en el sector informal alcanzó el 41% del total de ocupados según cifras del INE, el nivel relativo más bajo desde el año 1984”.
Marotta reconoce que se requiere “refinar el concepto de informalidad laboral a nivel local”, para determinar “suficientemente la realidad de los ocupados bajo modalidades distintas a los estándares de trabajo decente establecidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidades y de la OIT”.
Lamenta que, desde 2014, el INE no publique datos oficiales sobre este tema y sugiere diseñar una “definición más ajustada” que pueda ser utilizada en las nuevas encuestas que miden el empleo y el desempleo, con el fin de “acotar mejor los valores reales de los ocupados sin protección”.