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Las secuelas de la pandemia de coronavirus llevarán años en desaparecer en Latinoamérica y el Caribe, y la región perderá otra década si no implementa de manera urgente reformas que impulsen el crecimiento y reduzcan las tensiones sociales, advirtió el miércoles el Banco Mundial.
«Necesitamos ritmos de crecimiento por encima de los previstos en la década pasada para ayudar a que el impacto social y económico se revierta más rápido», expresó William Maloney, economista jefe del BM al presentar un informe de medio año de la organización financiera. «La buena noticia es que se pueden hacer cambios que permitan acelerar el crecimiento, pero dado los costos de enfrentar la pandemia, tenemos que hacerlo dentro de un contexto de recursos fiscales reducidos», explicó.
El reporte económico «Recobrar el crecimiento: Reconstruyendo economías dinámicas pos-COVID con restricciones presupuestarias» fue difundido en momentos en que la región continúa siendo el epicentro mundial de la pandemia, en medio de persistentes críticas de los gobiernos y de la Organización Panamericana de la Salud por la falta de acceso equitativo a las vacunas.
Sólo el 37 de la población está completamente vacunada en Latinoamérica y el Caribe.
Alentado por la aceleración de la vacunación contra el COVID-19 y la disminución de las muertes, el crecimiento económico regional podría ser del 6,3% en 2021, insuficiente para revertir completamente la contracción del 6,7% del 2020, dijo el BM.
Teniendo en cuenta la vigorosa recuperación de los principales socios económicos de la región, las bajas tasas pasivas de interés mundial y las buenas perspectivas para los productos primarios, era de esperar que las tasas de crecimiento fueron un 1,5% más altas, explicó la institución financiera con sede en Washington.
Las previsiones de crecimiento caen por debajo del 3% para 2022 y 2023, del 2,8% y 2,6% respectivamente, y no alcanzarían para reactivar la economía y reducir la pobreza, según el banco.
Aunque no del todo positivas, las previsiones del BM son mejores que las de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL), que recientemente actualizó sus proyecciones de crecimiento regional de este año a 5,9%, con una desaceleración al 2,9% en 2022.
En su informe, el BM asegura que «la crisis de COVID-19 se sumó a otra ‘década perdida’ de bajo crecimiento, lo que sugiere problemas estructurales más profundos».
Economistas coinciden en que los problemas estructurales, que se profundizaron aún más con la pandemia, han limitado por décadas el crecimiento económico de la región.
Antes del COVID-19 Latinoamérica venía ya con una trayectoria hacia el estancamiento: entre 2014 y 2019 creció a una tasa promedio del 0,3%, menor al promedio del 0,9% registrado en los años de la Primera Guerra Mundial, y al del 1,3% de la Gran Depresión, de acuerdo con CEPAL.
En 2019 el crecimiento fue de sólo un 0,8% y cayó a un 6,7% en 2020, según el BM.