El pico de la segunda ola del COVID-19 en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) que se vivió a mediados de abril se vio reflejado en el aumento de ocupación en las unidades de terapias intensivas (UTIs) de los hospitales públicos y clínicas privadas tanto de la Ciudad de Buenos Aires como en el Conurbano bonaerense. Lo cierto es que al mismo tiempo que colapsan las plazas para asistir a pacientes graves también comienzan a faltar insumos y fármacos para tratar los casos más severos.

Según el último relevamiento de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) publicado el 30 de abril, la tasa de ocupación observada ascendió al 87% en todo el país, pero superó el 96% en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Pero otro dato alarmante fue el déficit de insumos, fundamentalmente sedantes, bloqueantes neuromusculares y analgesia, indispensables para pacientes que requieren intubación por la baja saturación de oxígeno, algo que caracteriza al cuadro grave de la enfermedad.

.

Principales insumos y fármacos faltantes

El informe señala que el 80% de las instituciones analizadas cuentan con faltantes claves de insumos a la hora de tratar el COVID-19 grave. El dato de faltantes de insumos y fármacos es muy preocupante: “el 27%, el 16%, y el 11% expresaron faltantes de sedantes, de bloqueantes neuromusculares, y de analgésicos, respectivamente. Sólo el 20% de las instituciones no tuvieron faltantes”. Sobre esto, el médico de terapia intensiva del Hospital Italiano de La Plata, Luciano Milanesio, detalló a El Destape: La sedación y analgésicos empiezan a mostrar faltantes en este contexto de colapso y tenemos que buscar diferentes recursos para hacer dormir a los pacientes que es fundamental que el paciente esté en coma farmacológico”.

El 80% de las UTIs tiene faltante fármacos y los precios son exorbitantes

El 80% de las UTIs tiene faltante fármacos y los precios son exorbitantes

Del estudio participaron 171 UTIs, 90 (54%) públicas y 81 (47%) privadas, que representaron un total de 3246 camas. Aunque es un muestreo, y no representa la totalidad de camas de las UTIs, si es una foto acabada de la situación crítica del sector sanitario. También se desprende que el porcentaje de pacientes internados con COVID-19 fue del 61%, de los cuales el 79% requirió ARM (Asistencia respiratoria mecánica).

“El colapso que se está viviendo en el sistema de salud se ve reflejado en el faltante de estos recursos fundamentales para la atención de los pacientes que necesitan cuidados críticos”, agregó el intensivista. En este marco, el profesional remarcó que en este contexto se ve reflejado la especulación de los precios de las farmacéuticas. “Justamente esta pandemia expone el carácter perverso de la orientación mercantilista de la salud”, completó.

Por su parte, la médica de terapia intensiva del Hospital Interzonal de Agudos General José de San Martín e integrante del SATI, Carina Balasini, remarcó que el faltante de los fármacos ocurre en todo el país, más en los sanatorios privados que en los públicos. “Lo llamativo es que hace 15 días habíamos hecho la encuesta y había un 40 por ciento que no tenían faltante y la semana pasada era un 20 por ciento es decir que un 80 por ciento no tiene algún tipo de insumos, algo que es extremadamente preocupante”, aseguró a El Destape.

La profesional destacó la importancia de los fármacos para poder dormir a los pacientes que están comprometidos con insuficiencia respiratoria. Admitió que en las UTIs ya están usando alternativas porque el faltante cambia día a día pero que es peligroso porque no todos los pacientes pueden ser tratados con el mismo fármaco.

Aumento de los analgésicos y fármacos

En este marco, un relevamiento del Observatorio de Costos de la Salud de la Unión Argentina de Salud (UAS), realizado a fines de abril, reveló los exorbitantes aumentos en los precios de medicamentos analgésicos, sedantes y relajantes musculares indispensables para el tratamiento de pacientes en terapia intensiva.

El 80% de las UTIs tiene faltante fármacos y los precios son exorbitantes

Uno por uno los insumos y sus aumentos:

  • El midazolam para sedación de pacientes, que previo a la pandemia tenía un costo de 38,70 pesos, aumentó 1229%, fijándose luego del acuerdo en $514 (con IVA).
  • El atracurium besilato, un relajante muscular, tenía un costo de 138,58 pesos. Tuvo un aumento anual de 428%, llegando a los $732 (con IVA) luego del acuerdo.
  • El Bromuro de pancuronio, que costaba $53,65 había aumentado su precio un 362%. Se fijó en $205 ($248 con IVA).
  • Citrato de Fentanilo, que tenía un costo pre-pandemia de 52,20, aumentó 642%. Su precio se fijó en $320 ($387 con IVA).
  • Las ampollas de propofol 200 mg x20 ml, tenían un precio aproximado, según la marca, de $137 tuvieron un aumento de 524% y se fijaron con un precio de $710 (859,10 con IVA).

Asimismo, desde la Unión Argentina de Salud aclararon que, desde el año pasado, según la marca y el producto, se vieron aumentos de 1371%, 945%, 938%,552% y 357%.