Agencias
Irán acusó el lunes a Israel de estar detrás del ataque a su planta de enriquecimiento de uranio de Natanz y prometió «venganza» en medio de esfuerzos diplomáticos para conseguir que el acuerdo internacional de 2015 sobre el programa nuclear iraní vuelva a su cauce.
Más de 24 horas después del incidente, las circunstancias, su modus operandi y el alcance de los daños siguen siendo difusos.
La Unión Europea (UE) y Rusia, que participan en las negociaciones diplomáticas con la República Islámica para reimpulsar el acuerdo sobre su programa nuclear, afirmaron que esperaban que lo ocurrido en Natanz no socave las discusiones.
El portavoz de la Organización de la Energía Atómica de Irán (OIEA), Behrouz Kamalvandi, pareció minimizar el incidente al declarar, el lunes, que “el centro de distribución de electricidad” de la planta de Natanz, en el centro del país, se vio afectado por una “pequeña explosión” hacia las 05H00 del domingo.
Según él, los daños se podrán reparar “rápidamente”, una observación que contrasta con las declaraciones del jefe de la OIEA, Ali Akbar Salehi, que había afirmado antes a la agencia de noticias Fars que fue necesario activar el sistema eléctrico de emergencia.
En tanto, el portavoz de la diplomacia iraní, Said Khatibzadeh, dijo el lunes por la mañana que aún era “demasiado pronto” para evaluar los daños de lo que calificó de acto “terrorista” perpetrado por Israel, que habría dañado varias centrifugadoras utilizadas para enriquecer uranio.
Por su parte, el New York Times citó a responsables de los servicios de inteligencia israelíes y estadounidenses, apuntando que “Israel jugó un papel” en lo acontecido en Natanz, donde, según esas fuentes, “una fuerte explosión” habría “destruido totalmente […] el sistema eléctrico interno que alimenta las centrifugadoras”.
Fue en esta misma planta del complejo nuclear de Natanz, uno de los centros neurálgicos del programa atómico de la República Islámica, donde Teherán comenzó a probar el sábado nuevos conjuntos interconectados de centrifugadoras.
Estas máquinas ofrecen a Irán la posibilidad de enriquecer uranio más rápidamente, en cantidades y grado de refinamiento prohibido por el acuerdo de 2015.
Khatibzadeh acusó indirectamente a Israel de hacer naufragar las conversaciones en curso en Viena para intentar que Estados Unidos vuelva al acuerdo internacional de 2015 y levante las sanciones contra Teherán.
Khatibzadeh prometió que “la respuesta de Irán será la venganza contra el régimen sionista en el momento y lugar adecuados”.
La agencia de prensa Irna indicó que varios diputados dijeron que el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, había “subrayado (…) la necesidad de no caer en la trampa tendida por los sionistas”.
“Pero no permitiremos [que Israel haga descarrilar las conversaciones de Viena] y nos vengaremos de los sionistas por estas acciones”, habría dicho, según las mismas fuentes, durante una reunión a puerta cerrada en el parlamento sobre el ataque de Natanz.
Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, denunció unilateralmente en 2018 el acuerdo nuclear con Irán alcanzado en Viena tres años antes, restableciendo de paso las sanciones estadounidenses que se habían levantado en el marco del pacto.
Como represalia, desde 2019 Irán se ha alejado de la mayoría de los compromisos clave para limitar sus actividades nucleares que asumió en Viena.
Joe Biden, que sucedió a Trump en enero, señaló su intención de reincorporarse al acuerdo de Viena.
Por su parte Heiko Maas, el jefe de la diplomacia alemana, uno de los países firmantes del acuerdo de 2015, dijo el lunes que los acontecimientos recientes “no son positivos” para las negociaciones en curso.
“Socavar las negociaciones”
“Rechazamos cualquier tentativa de minar o hacer descarrilar las actividades diplomáticas en marcha”, declaró la UE, que coordina las negociaciones, añadiendo que las circunstancias de lo ocurrido en la planta de Natanz “deben ser aclaradas en profundidad”.
El Ministerio de Exteriores ruso, en tanto, afirmó el lunes que espera que “lo ocurrido [en Natanz] no se convierta en un ‘regalo’ para los varios opositores al acuerdo y que no socave las negociaciones.
Teherán siempre negó querer una bomba atómica, algo de lo que le acusa el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Este lunes, Netanyahu reiteró que Israel impedirá que Irán se dote del arma nuclear pero evitó mencionar el incidente ocurrido en Natanz.
“Nunca permitiré que Irán tenga capacidad nuclear como para levar a cabo su objetivo genocida de eliminar Israel, e Israel continuará defendiéndose contra la agresión y el terrorismo de Irán”, declaró.