El presidente Donald Trump se convirtió el miércoles en el primer mandatario en la historia de Estados Unidos en enfrentar dos juicios políticos después de que la Cámara de Representantes votó el miércoles en favor del proceso tras acusarlo de «incitar a la insurrección» en relación al violento asalto de la semana pasada contra el Capitolio federal, lo que representa un sorprendente colapso para el mandatario en los últimos días de su gobierno.

Con el Capitolio resguardado por elementos armados de la Guardia Nacional, tanto al interior como en el exterior, la Cámara de Representantes votó 232-197 a favor del juicio político. Los procedimientos se llevaron a cabo a una increíble velocidad, pues la votación se realizó apenas una semana después de que violentos simpatizantes de Trump irrumpieron en el Capitolio, alentados por los llamados del presidente a «luchar con todo» contra los resultados electorales.

Diez republicanos se distanciaron de Trump y se unieron a los demócratas, que afirmaron que el presidente debía rendir cuentas y advirtieron de «un claro peligro» en caso de que el Congreso no tomara medidas antes de la investidura del demócrata Joe Biden el 20 de enero.

Trump es el único mandatario de Estados Unidos en enfrentar dos juicios políticos. La del miércoles fue la votación con mayor apoyo bipartidista de la era moderna, superando incluso el proceso contra Bill Clinton en 1998.

La insurrección en el Capitolio asombró e irritó a los legisladores, que se vieron obligados a resguardarse a medida que la multitud se acercaba. Los disturbios llevaron también a reconsiderar su postura a algunos republicanos, que han defendido a Trump a lo largo de su presidencia y, a grandes rasgos, le permitieron propagar ataques falsos contra la integridad de las elecciones de 2020.

La presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi hizo referencias a Abraham Lincoln y a la Biblia al rogarles a los legisladores a cumplir su juramento y defender la Constitución de todos los enemigos, extranjeros «y nacionales».

«Debe irse, es un peligro claro y presente para la nación que todos amamos», declaró.

Fuera de la vista del público en la Casa Blanca y observando los procedimientos por televisión, Trump no asumió responsabilidad por los disturbios cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo, pero emitió una declaración en la que pidió: «No a la violencia, no quebrantar las leyes y no al vandalismo de ningún tipo» que pudiera perturbar la llegada de Biden a la Casa Blanca.

Ante las acusaciones en su contra y las advertencias del FBI sobre la posibilidad de más violencia, Trump dijo: «No es lo que represento y no es lo que representa Estados Unidos. Pido a todos los estadounidenses que ayuden a atenuar las tensiones y a calmar los ánimos».

Trump fue llevado a un primer juicio político por la Cámara de Representantes en 2019 debido a sus tratos con Ucrania, pero el Senado votó para absolverlo en 2020. Ningún mandatario ha sido condenado anteriormente por la cámara alta, pero algunos republicanos dijeron el miércoles que eso podría cambiar pronto en un panorama político que se transforma rápidamente conforme funcionarios, donantes, empresas y demás figuras se distancian del mandatario.

Lo más pronto que el líder del Senado, el republicano Mitch McConnell, podría iniciar el juicio político es el próximo martes, un día antes de que Trump se prepare para salir de la Casa Blanca, informó la oficina de McConnell. El proceso también tiene el objetivo de evitar que Trump vuelva a postularse a la presidencia.