Por Javier Peláez
Una simple nota de prensa, publicada por la farmacéutica Pfizer ha conseguido que las bolsas y mercados de valores hayan subido por todo el mundo. En algunos casos, como en nuestro Ibex 35, se han registrado subidas récords para la última década. El simple hecho de conocer que la candidata a vacuna necesita trasportarse y conservarse a muy bajas temperaturas ha hecho que la producción y fabricación de ultracongeladores se haya disparado en solo unos días.
Fabricantes como ThermoFisher han multiplicado por tres la producción de este tipo de congeladores y frigoríficos, “en previsión a la enorme demanda que esta vacuna necesitará en el futuro”. Y por supuesto, las acciones de la propia compañía farmacéutica alemana se beneficiaron de este anuncio, abriendo la puerta a operaciones bursátiles, muy poco éticas como la de su Consejero delegado que vendió el 62% de sus acciones ganando así 5,6 millones de dólares tan solo unas horas después de la noticia de su vacuna. “Es el mercado, amigo” que diría Rodrigo Rato.
Animados por este subidón (bursátil y de ánimo general), los rusos salieron también al ataque con su particular “y yo más”, afirmando que si la vacuna de Pfizer tiene un 90% de eficacia, la suya tiene un 92%. La candidata rusa Gam-COVID-Vac, conocida popularmente como Sputnik V, se encuentra también en fase 3 y espera finalizar el ensayo clínico en mayo de 2021. Ambas candidatas, tanto la de Pfizer como la Sputnik V, son vacunas muy diferentes (la primera basada en una tecnología novedosa de ARN Mensajero, y la rusa en métodos más convencionales basados en vectores de adenovirus), y sin embargo las dos tienen algo en común: Ninguna de ellas ha mostrado los resultados (públicos y revisados) que avalen su optimismo.
Evidentemente, con esta carrera lanzada de anuncios pomposos, la estadounidense Moderna tampoco quiere quedarse atrás y sale a la palestra anunciando que dentro de unos días ofrecerá también una actualización sobre su ensayo de vacuna contra el coronavirus, porque “ya ha llegado al punto en el que puede echar un vistazo provisional al ensayo”.
Todos estamos cansados, todos queremos que llegue ya una vacuna segura y efectiva, pero… ¿De verdad queremos jugar a esto?, ¿Anuncios grandilocuentes de las compañías en mitad de los ensayos, sin mostrar resultados reales y “con vistazos provisionales”? Sabiendo las consecuencias económicas y las dudas que pueden generar este tipo de anuncios, ¿no deberíamos tener mucha más cautela y prudencia con este tipo de anuncios?
Pfizer está trabajando con 44.000 voluntarios y su anuncio se basa en los resultados preliminares de solo 94 infectados. Los rusos por su parte, han empezado su fase 3, reclutando otros 40.000 participantes, pero su 92% de eficacia ¡se ha extrapolado de apenas 20 infectados! No son datos suficientes para hacer anuncios tan rimbombantes, y mucho menos cuando ninguna de esas cifras se ha publicado correctamente en journals científicos revisados por pares.
En julio de este año, Moderna anunciaba que su vacuna podría estar lista para usar a finales de año. Por supuesto, tras aquel anuncio las acciones de Moderna subían un 7,5% en un solo día. Los políticos de medio mundo, incluyendo nuestro Ministro de Sanidad, también se han lanzado a hacer anuncios y vaticinios sobre cuándo podrían lanzarse las primeras dosis. La salud y la seguridad de miles de millones de personas, que estamos esperando una solución a la mayor pandemia del último siglo, no debería ser motivo de apuesta o ventura.
Los últimos días han supuesto un empujón de ánimo en mucha gente. Hace tan solo unos meses no estábamos seguros de poder conseguir una vacuna efectiva frente a un coronavirus, de hecho, nunca hemos conseguido desarrollar una para los diferentes tipos de coronavirus que existen.
Los anuncios de estos días son buenas noticias y es lógico que seamos moderadamente optimistas, sin embargo los medios de comunicación deberíamos diferenciar claramente cuándo estamos ante resultados científicos, publicados y revisados, y cuándo nos cuelan notas de prensa, sin otro objetivo que el de acaparar portadas y titulares.
Ante el éxito mediático conseguido por Pfizer, es previsible que durante las próximas semanas y meses, muchas otras compañías busquen obtener impacto y visibilidad mediática con nuevos anuncios, será nuestra responsabilidad estar atentos y diferenciar los resultados científicos de los anuncios grandilocuentes.
Será complicado no dejarse llevar por el entusiasmo de algunas compañías que solo quieren campañas de publicidad gratuita, pero ya saben: ante el vicio de pedir, está la virtud de no dar.