Tras haber votado a favor de la resolución que condena las violaciones a los Derechos Humanos en Venezuela,
el gobierno argentino aclaró este martes que no acompaña la declaración
del Grupo de Lima, que reconoce al supuesto «mandatario interino» Juan
Guaidó y pretende que documentos de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) sirvan de prueba ante la Corte Penal Internacional (CPI).
Según informó la Cancillería colombiana, el Grupo de Lima adoptó una
declaración en la que se renueva el respaldo a Guaidó y a la Asamblea
Nacional, se expresa rechazo a la persistencia del Gobierno de Nicolás
«Maduro en celebrar elecciones parlamentarias «sin garantías
democráticas» y se condenan las «sistemáticas violaciones de derechos
humanos» y los presuntos crímenes de lesa humanidad documentados por la
misión internacional independiente de la ONU.
A través de un comunicado, el gobierno argentino además dejó en claro
sus diferencias en cuanto al reconocimiento que le otorga el Grupo Lima a
Guaidó como presidente interino: «La referida declaración expresa su
apoyo a un supuesto mandatario al que la Argentina no reconoce y quien
nunca tuvo el ejercicio efectivo del gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela».
Además, señaló que no comparte «las referencias sobre el supuesto
vínculo de la crisis en Venezuela con la seguridad y estabilidad de la
región».
Los países del Grupo de Lima pidieron que las denuncias sobre
violaciones a los derechos humanos en Venezuela provenientes de un
informe de la ONU sirvan de prueba para la CPI en sus indagaciones sobre
el Gobierno de Nicolás Maduro, que rechaza las imputaciones.
También reclamaron una investigación «a fondo» y urgente sobre las
supuestas «conexiones» del Ejecutivo con el «crimen organizado, el
terrorismo y las redes de corrupción transnacionales, el narcotráfico,
la trata de personas y el contrabando.
Por este motivo, la cartera encabezada por Felipe Sola Indicó que «le
preocupa el llamado del Grupo de Lima a una convergencia con actores
internacionales para una respuesta común hacia la ‘restauración de la
democracia y el Estado de Derecho'».
«Este llamado a una intervención extrarregional no se corresponde con la
gravedad de los problemas ni con el tipo de desafíos que enfrenta
Venezuela. Mucho menos puede admitirse una vía de acción que pueda
generar un precedente de consecuencias impredecibles para América Latina
y el Caribe», añadió Cancillería.
A modo de conclusión, el gobierno argentino planteó que confía en la
«gran vocación democrática del pueblo venezolano» y asegura que solo a
través del voto «se puede establecer de manera pacífica y racional una
ruta consensuada e inclusiva para resolver las diferencias políticas en
Venezuela, respetando su Constitución».
Argentina «mantendrá siempre su compromiso con la defensa de los
derechos humanos y sostendrá los principios de no injerencia, paz y
resolución política y democrática de la crisis venezolana», afirmó el
Ministerio de Relaciones Exteriores.
Esta semana aliados políticos del gobierno argentino manifestaron en varios encuentros que es hora que la Argentina abandone el Grupo Lima y se distancie de las posturas extremistas de Washington que promueven una eventual intervención militar en Venezuela..