El organismo multilateral de crédito pidió que estudien la puesta en marcha de impuestos para los más ricos.
“Los Gobiernos deben tomar medidas para mejorar el cumplimiento tributario, y evaluar la aplicación de impuestos más altos para los grupos más acaudalados y las empresas más rentables”, reclamó el director del Departamento de Finanzas Públicas del FMI, Vitor Gaspar. En ese sentido, planteó que “los ingresos resultantes contribuirían a pagar servicios críticos, como las redes de salud y de protección social, en una crisis que ha afectado de manera desproporcionada a los segmentos más pobres de la sociedad”.
Respecto a una reforma en el sistema fiscal, Gaspar admitió que no es fácil llevarla a cabo en este contexto: “Tomará su tiempo, pero creemos que es importante ofrecer ahora una guía sobre lo que va a ocurrir en el medio y largo plazo, anunciándose ahora las medidas”.
Para el corto plazo, la gran preocupación del Fondo es que los países no dejen caer “demasiado pronto” las medidas de apoyo fiscal. Para Gaspar, el déficit “no es el mayor riesgo ahora; el apoyo fiscal debe mantenerse, al menos, en 2021, con la salud y la educación como prioridad”.
“Lo que más nos preocupa es que se retiren los apoyos de manera prematura: podría provocar una ola de quiebras y un gran aumento del desempleo. Volvemos a decirles a los Gobiernos que no deben recortar esos salvavidas prematuramente”, aseguró en ese mismo sentido la directora del Fondo, Kristalina Georgieva. A futuro, la funcionaria llamó a los Gobiernos a “adaptar el sistema fiscal para adaptarlo al mundo del siglo XXI y hacerlo más equitativo”.
A su vez, el director del Hemisferio Occidental del Fondo, Alejandro Werner, afirmó: «Varios gobiernos de América Latina eventualmente necesitarán implementar reformas fiscales en 2022 y los años siguientes, para respaldar un mayor gasto debido a la pandemia o enfrentar la probabilidad de eventuales rebajas en las calificaciones crediticias debido a mayores niveles del ratio deuda/PBI».
No es la primera vez
Allá por abril, como un mecanismo para obtener recursos y hacer frente a la crisis, el Fondo había planteado a los gobiernos crear un impuesto a la riqueza, como una tasa solidaria. En su texto, el FMI señalaba la necesidad de “considerar un aumento de las tasas en los tramos superiores del impuesto sobre la renta”, es decir, a los más acaudalados o grandes fortunas, a fin de asegurar la recaudación tributaria.
Otra de las recomendaciones de la multilateral había sido “poner en marcha un Plan de continuidad de actividades e implementar/fortalecer las estructuras de gestión de crisis en las agencias de recaudación». Y había concluido: «Se requiere un enfoque secuencial para adaptarse a la evolución del COVID-19.”