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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, emitió palabras duras para la Organización Mundial del Comercio (OMC) este miércoles en una rueda de prensa, y acusó al organismo transnacional de aprovecharse de la nación “para sacar dinero y empleos de Estados Unidos en beneficio de China y otros países”.
Los periodistas preguntaron a Trump si Estados Unidos debería seguir siendo parte de la OMC después de su reciente fallo contra el gobierno por más de 200,000 millones de dólares en aranceles sobre China. El grupo especial de tres miembros de la OMC dictaminó que los derechos de Estados Unidos infringieron las normas comerciales porque se aplicaron solo a China y estaban por encima de los tipos máximos acordados por Estados Unidos, y que, cuando se impusieron los aranceles, Washington no explicó adecuadamente por qué sus medidas eran una excepción justificada.
El presidente respondió entonces que la OMC “nunca ha sido buena con nosotros”.
“La OMC, en lo que a mí respecta, fue creada para succionar dinero y empleos de Estados Unidos en beneficio de China y otros países —eso es lo que yo pienso— ya sea que haya sido creada [para eso] o que solo se tornó de esa manera”, declaró.
“Ese fue un método, en mi opinión, de tomar ventaja de Estados Unidos”, dijo Trump agregando que el gobierno está evaluando el fallo de la OMC y considerando sus próximos pasos.
Washington informó que los aranceles impuestos por el gobierno de Trump hace dos años a más de 200,000 millones de dólares en productos chinos se justificaban porque China estaba obligando a las empresas a transferir tecnología y propiedad intelectual.
El representante de comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, dijo en una declaración después del fallo que “este informe del panel confirma lo que la administración Trump ha estado diciendo durante cuatro años: la OMC es completamente inadecuada para detener las prácticas tecnológicas perjudiciales de China”.
La OMC, organismo que Trump calificó anteriormente como una institución “rota”, se formó para resolver las controversias comerciales internacionales a través de normas e instituciones multilaterales. Lighthizer y otros han argumentado que la OMC está sesgada contra Estados Unidos y que algunos de sus miembros, en particular China, han explotado su membresía para obtener ventajas injustas al entablar casos de controversias comerciales contra otros miembros mientras ellos mismos desobedecen estas normas.
Los críticos de la conducta de China después de su adhesión a la OMC, que tuvo lugar en 2001, afirmaron que si bien China se benefició de un acceso sin restricciones a los consumidores estadounidenses, mantuvo su mercado cerrado selectivamente a la competencia extranjera y obligó a las empresas estadounidenses a crear empresas mixtas con empresas chinas controladas por el Estado, obteniendo así acceso a tecnologías estadounidenses clave, mientras continuaba su anterior modelo de represión de la disidencia y violación de los derechos humanos.
“La libertad prometida en China no se desarrolló”, escribió el colaborador del Epoch Times, Ronald J. Rychlak, presidente de la cátedra Jamie L. Whitten de derecho y gobierno de la Universidad de Mississippi, en un artículo de opinión. “Muchos intelectuales occidentales y sus homólogos chinos han observado que la China de hoy es menos libre que la de hace una década. La libertad de expresión, la disidencia y la religión fueron suprimidas por el régimen”.
Según Trump las prácticas comerciales injustas de China “estafaron a Estados Unidos”.
“El patrón de mala conducta de China es bien conocido”, dijo el mandatario en declaraciones el 29 de mayo. “Durante décadas, han estafado a Estados Unidos como nadie lo ha hecho antes. Cientos de miles de millones de dólares al año se pierden por negociar con China, especialmente durante los años del gobierno anterior. China asaltó nuestras fábricas, deslocalizó nuestros trabajos, destruyó nuestras industrias, robó nuestra propiedad intelectual y violó sus compromisos con la Organización Mundial del Comercio” (OMC).
“Para empeorar las cosas, se les considera una nación en desarrollo que obtiene todo tipo de beneficios a los que otros, incluidos Estados Unidos, no tienen derecho”, añadió el presidente, refiriéndose al estatus de “nación en desarrollo” que China recibió cuando entró en la OMC, que otorga a la segunda economía más grande del mundo privilegios especiales, como períodos de aplicación más largos para las reducciones arancelarias.
En 2018, Trump dirigió un esfuerzo para reequilibrar la relación comercial entre Estados Unidos y China, lo que llevó al gobierno a imponer alrededor de 400,000 millones de dólares en aranceles cuando las negociaciones se estancaron.