Prensa Latina
El fundador de Wikileaks Julian Assange reapareció hoy en la Corte
Criminal de Londres, en la reanudación del juicio que le sigue la
justicia británica para determinar si lo extradita a Estados Unidos.
El periodista australiano viste un traje oscuro, camisa blanca y corbata
marrón, según se pudo apreciar en la transmisión vía control remoto
habilitada para la cobertura periodística del proceso que tiene lugar en
el tribunal de Old Bailey.
Al igual que ocurrió durante la primera parte del juicio celebrada en
febrero pasado, Assange está encerrado en un cubículo encristalado a un
costado de la sala, custodiado por dos guardias de seguridad, y apartado
de su equipo de defensa.
El periodista australiano, a quien Estados Unidos pretende juzgar por
divulgar en Wikileaks miles de archivos secretos de la diplomacia y los
militares norteamericanos, solo habló cuando la jueza Vanessa Baraitser,
a cargo de decidir sobre su extradición, le pidió que confirmara su
identidad.
Como parte de los tecnicismos legales propios del proceso, Assange debió
ser re-arrestado antes del reinicio del proceso, porque la fiscalía
estadounidense decidió a última hora ampliar las acusaciones contra él.
Aunque la decisión no implica la imposición de nuevos cargos más allá de
los 18 por espionaje y piratería informática ya presentados, Estados
Unidos también acusa ahora al ciberactivista de incitar a hackers
internacionales a tratar de acceder a información clasificada, y
conspirar para acceder a una computadora del ministerio de Defensa
norteamericano.
Al comienzo del juicio, Edward Fitzgerald, uno de los abogados de
Assange, informó a la jueza que era la primera vez que veía a su cliente
en los últimos seis meses.
La audiencia de extradición debe extenderse durante al menos tres
semanas, y se pronostica que la parte perdedora apele la sentencia.
De ser entregado a la justicia estadounidense, el fundador de Wikileaks podría ser condenado a 175 años de cárcel.
Tras ser entregado por Ecuador a la Policía británica luego de siete
años de asilo en su embajada en Londres, el periodista australiano fue
condenado a 50 semanas de cárcel por violar una fianza concedida en 2012
por la justicia británica, en relación con una acusación por presuntos
delitos sexuales que luego fue desestimada por Suecia.
Una vez cumplida esa sentencia, la justicia británica decidió que debía
esperar en prisión el veredicto sobre la solicitud de extradición
presentada por Estados Unidos.
Docenas de seguidores de Assange, entre ellos su padre, John Shipton y
la diseñadora de modas Vivienne Westwood, se congregaron este lunes
frente a la sede del tribunal londinense para exigir su liberación, y
denunciar la naturaleza política del juicio.