Agencias
El presidente de EE.UU. y candidato republicano a la reelección, Donald
Trump, intentó este martes desorientar a su rival en las elecciones de
noviembre, el demócrata Joe Biden, con constantes interrupciones en un
debate caótico y agrio que reforzó la incertidumbre sobre lo que pasará
el día después de los comicios.
Trump y Biden se vieron las caras por primera vez en Cleveland, en el
estado clave de Ohio, donde discutieron durante más de 90 minutos sin
interrupción sobre algunos de los temas que más preocupan a los
votantes, pero todos los conatos de profundizar en esos asuntos acabaron
frustrados por interrupciones o ataques personales.
«Es difícil poder pronunciar una sola palabra con este payaso», llegó a
decir en un punto del debate Biden, aunque luego se corrigió:
«Disculpen, esta persona».
Muchos ataques, poca sustancia
En efecto, Trump no paró de interrumpir a su contrincante a lo largo del
intercambio, hasta el punto de que el moderador, el periodista Chris
Wallace, tuvo que recordar al menos dos veces al mandatario que su
campaña se había comprometido a respetar el tiempo concedido a cada
candidato para responder a las preguntas.
Biden se burló de Trump por «cotorrear» mientras él hablaba y en un
momento le espetó un «¿puede callarse, hombre?»; pero consiguió
completar varios de los argumentos que había preparado y trató de
dirigirse directamente a los votantes estadounidenses mirando fijamente a
la cámara.
» Bajo este presidente, nos hemos vuelto más débiles, más pobres, más
enfermos, más vulnerables y más divididos», opinó el ex vicepresidente
estadounidense.
Trump tachó al comenzar el debate a Biden de «socialista» y «controlado»
por la izquierda de su partido, y no tardó en llevar el debate al plano
personal, al repetir su acusación -no demostrada- de que el hijo de su
rival, Hunter, incurrió en «corrupción» al trabajar para una empresa de
gas en Ucrania mientras su padre era vicepresidente.
Y Biden dirigió todavía más insultos de los que recibió, al calificar al
presidente de «mentiroso», «racista» y de «no tener ni idea de lo que
habla», además de espetarle: «Sal de tu búnker (en la Casa Blanca) y de
tu trampa de arena del campo de golf, y haz lo que hay que hacer para
salvar vidas (de la pandemia)».
El presidente estadounidense se dedicó más a reaccionar a lo que decía
Biden que a intentar enviar mensajes claros a los votantes, y recalcó
sus consignas de campaña favoritas: su defensa de todo lo relacionado
con la ley y el orden, y su insistencia en que las elecciones de
noviembre estarán «amañadas».
» Es un fraude, y es una pena», subrayó Trump, al insistir en su
argumento de que el voto por correo favorece el fraude electoral, algo
que múltiples estudios han demostrado que no es cierto.
Trump opinó que, debido a los retrasos derivados de la pandemia y el
aumento en el voto por correo, el resultado de las elecciones podría
tardar «meses» en saberse, pero se negó a contestar con un sí a la
pregunta de si se comprometía a apaciguar a sus seguidores en el caso de
que el ganador no se conozca el mismo 3 de noviembre.
«A lo que urjo a mis seguidores es a que vayan a los lugares de votación
y observen todo muy cuidadosamente, porque es lo que tienen que hacer»,
zanjó el presidente.
Mientras, Biden respondió directamente que sí a la pregunta de si
llamaría a la calma hasta que se sepa el vencedor de los comicios, y
opinó que a su rival «simplemente le da miedo contar los votos».
Trump incidía así en su recurrente insinuación de que podría no aceptar
el resultado de las elecciones si no se le declara ganador, y repetía su
expectativa de que el tema acabe en el Tribunal Supremo, cuya mayoría
republicana podría reforzarse si el Senado aprueba antes de las
elecciones a una nueva jueza nominada por él.
TRUMP Y EL RACISMO
El presidente también rehusó responder directamente a la pregunta de si
estaba dispuesto a condenar las acciones de los supremacistas blancos y
sus milicias en el país al declarar: «Casi todo lo que veo (de
disturbios) viene de la izquierda».
Biden denunció que Trump «echa constantemente gasolina al fuego», y que
si esquiva reprender claramente a esos grupos es porque le conviene
«generar un odio racista, una división racial» en el país.
Lo que sí aclaró Trump es que sí cree que la actividad humana contribuye
«hasta cierto punto» al cambio climático; mientras su rival prometió
que, si gana, devolverá a EE.UU. al Acuerdo de París sobre el clima y
amenazará a Brasil con «consecuencias económicas significativas» si no
deja de «mutilar la selva» amazónica.
«EL PEOR DEBATE DE LA HISTORIA»
La turbulenta noche en Cleveland dejó un mal sabor de boca a muchos
votantes y comentaristas, que lamentaron el escaso debate sustancial
sobre los temas que importan a los estadounidenses.
«Este se considerará el peor debate presidencial de la historia, y pone
en duda la viabilidad de los dos próximos debates» que quedan antes de
las elecciones, dijo a Efe el director de debates de la Universidad de
Michigan, Aaron Kall.
Ni Biden ni Trump ganaron claramente la pelea, según Kall, pero el
primero de ellos fue el más cercano a la victoria porque lleva ventaja
en algunos estados clave, y ahora podrá «mantenerla».