Al Mayadeen
El reporte del periodista y activista político francés Thierry Meyssan, difundido en el sitio digital Lewrockwell.com, responsabiliza al premier israelí, Benjamín Netanyahu, con el ataque del martes contra el puerto de Beirut.
De acuerdo con Meyssan, Netanyahu autorizó el ataque contra un presunto depósito de armas de Hizbullah, utilizando una nueva arma probada durante siete meses en Siria.
“No se sabe si aún si Benny Gantz dio su consentimiento”, subraya el reporte.
Meyssan sostiene que el ataque, realizado el pasado 4 de agosto de 2020, fue el lugar exacto designado por Netanyahu en su discurso ante las Naciones Unidas el 27 de septiembre de 2018.
“No se sabe qué arma se utilizó. Sin embargo, ya había sido probada en Siria desde enero de 2020. Es un misil con un componente nuclear táctico en su ojiva, que causa un hongo de humo característico de las armas nucleares. Obviamente no es una bomba atómica en el sentido estratégico”, señala.
Detalla el autor que el arma se probó en Siria en una llanura y luego en las aguas del Golfo contra buques militares iraníes.
“Es la primera vez que se ha utilizado en un entorno urbano, en un entorno particular que hizo que la explosión de aire y las vibraciones se reflejaran en el agua y las montañas. Lejos de destruir sólo el puerto de Beirut, mató a un centenar de personas, hirió a otras cinco mil y destruyó en gran medida la parte oriental de la ciudad (la parte occidental estaba protegida en gran medida por el silo de cereales)” dice.
El informe de Meyssan apunta que (Israel) activó inmediatamente sus redes en los medios de comunicación internacionales para encubrir su crimen y dar crédito a la idea de la explosión accidental de un depósito de fertilizantes.
“Como suele ocurrir, se nombran falsos culpables y la maquinaria mediática internacional repite esta mentira una y otra vez en ausencia de cualquier investigación. Sin embargo, había una chimenea incompatible con la tesis de la explosión de un fertilizante”, destaca.
Por otra parte, precisa que, así como ni Siria ni el Irán se habían comunicado sobre esta arma cuando fueron alcanzados, los partidos políticos libaneses llegaron inmediatamente a un acuerdo de no decir nada para no desmoralizar a su población.
En ese sentido, sostiene, “se abrió una investigación, no sobre la causa de la explosión, sino sobre la responsabilidad del personal del puerto en el almacenamiento del fertilizante presuntamente responsable de la explosión. Sin embargo, esta mentira pronto se volvió contra los partidos políticos que la habían imaginado”.
A su vez, indica Meyssan, el Tribunal de las Naciones Unidas para El Líbano, que debió hacer público su veredicto en el caso del asesinato del ex Primer Ministro Rafik Hariri en 2005, decidió aplazarlo unos días. Idénticamente en ese caso, la explosión de una camioneta enmascaró el disparo de un misil con una nueva arma, al igual que esta vez la explosión de nitrato enmascaró el disparo de un misil con otra nueva arma.
Cinco años después, Meyssan reveló en una revista rusa la forma en que había sido asesinado Rafik Hariri. Entonces, Hizbullah publicó un vídeo que atestiguaba la participación de (Israel).
El atentado de 2005 tuvo como objetivo a un exprimer ministro sunita, y este de 2020 no tuvo como objetivo a Hizbullah, sino la Resistencia libanesa en su conjunto, dice Meyssan.
“En esta ocasión, varias embajadas realizaron encuestas, entre ellas la toma de muestras de grano y filtros de aire de las ambulancias que acudieron inmediatamente al lugar de los hechos. Ya están siendo examinados en sus respectivos países”, concluye.
Pese a esta hipótesis expuesta por Thierry Meyssan, hasta el momento no hay ningún indicio, concreto y palpable, de que se trate de un ataque desde el exterior. Las autoridades libanesas siguen investigando.