Agencias

El coronavirus puede sobrevivir en el aire durante al menos 30 minutos y difundirse hasta 4,5 metros, es decir, más lejos de la «distancia de seguridad» recomendada por las autoridades sanitarias de todo el mundo, según un estudio publicado por científicos chinos. Además, otro trabajo apunta que la vía aérea no sería la única vía de transmisión. Las heces podrían ser otro vehículo de contagio.

La supervivencia del coronavirus fuera del organismo es una de las cuestiones que más se están estudiando. El hecho de que permanezca «durante días» en las superficies donde caen las gotas respiratorias infectadas aumenta el riesgo de contagio simplemente por tocar y luego llevarse la mano a la cara. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala en su web que a tenor de los estudios disponibles, este coronavirus «puede persistir en las superficies durante algunas horas o hasta varios días».

La variación depende de condiciones como el tipo de superficies, la temperatura o la humedad del ambiente. Según el nuevo estudio, por ejemplo, a alrededor de 37 grados centígrados puede sobrevivir de dos a tres días en materiales como vidrio, tela, metal, plástico o papel.

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Un trabajo reciente publicado en ‘Journal of Hospital Infection‘ apuntaba hasta nueve días de supervivencia fuera del organismo. Se trataba de una revisión de la literatura científica disponible sobre distintos coronavirus realizada por expertos de la Universidad de Leibniz (Alemania). Al parecer, esta capacidad de resistencia la mostraba el SARS o el MERS en algunas superficies como la cerámica, el caucho, el metal, el cristal o el plástico. La pregunta era si estos resultados se podían extrapolar al SARS-CoV-2.

Los expertos consultados por este periódico recordaban que la información es muy variada. Así como algunos estudios indicaban una permanencia de 48 horas, otros apuntaban muchos días. No obstante, lo que este informe remarcaba es que cabía la posibilidad de este coronavirus sobreviviera más tiempo de lo que se pensaba en superficies no porosas.

Y efectivamente, el nuevo estudio concluye que en materiales como vidrio, tela, metal, plástico o papel puede sobrevivir tres días si se encuentra a una temperatura de 37 grados. Ya en anteriores investigaciones se había observado que las condiciones de mayor riesgo incluye una temperatura de menos de 30 grados, con humedades relativas superiores al 50% y en superficies de plástico.

En cuanto a la distancia de 4,5 metros, de ser cierto, desafía completamente al consejo de las autoridades de salud de todo el mundo de que las personas deben permanecer separadas a una «distancia segura» de uno a dos metros, señala el periódico South China Morning Post.

A falta de estudiar más esta cuestión para comprender y conocer mejor el comportamiento del SARS-CoV-2 fuera del cuerpo humano,conviene recordar la importancia de lavarse las manos con frecuencia con agua con jabón al menos durante 20 segundos y limpiar con productos estándar como la lejía, que inactiva al virus en cinco minutos después del contacto.

Nueva vía de transmisión

Otra de las cuestiones que aún no están claras tiene que ver con las rutas de transmisión, que no están del todo establecidas. La revista ‘Journal of the American Medical Association’ publicaba esta semana la experiencia de unos microbiólogos del Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas de Singapur que indica que la expansión ambiental del virus es amplia y que parece realizarse no solo a través de las gotitas respiratorias sino también por las heces. Los autores de ete análisis sugieren que «el entorno es un medio potencial de transmisión y apoya la necesidad de una adherencia estricta a la higiene ambiental y de manos».

Los virólogos realizaron esta prueba en las habitaciones de tres pacientes que estaban aislados por el coronavirus, a raíz de la comunicación de varios brotes de infección nosocomial comunicados desde China.

Ninguno de los pacientes tenía neumonía, aunque sí presentaban las vías respiratorias superiores afectadas. Dos de ellos tenían síntomas moderados que incluían tos y fiebre, mientras que otro presentaba una cara más suave de la enfermedad, y prácticamente solo tenía tos.

Precisamente la habitación de este último paciente se analizó durante varios días antes de que se realizara la limpieza rutinaria diaria.

Los investigadores hallaron que casi el 90% de todos los muebles y enseres, incluyendo ventanas, suelo, lámparas y sillas, daban positivo para el virus. Además el 60% de la superficie de los inodoros también albergaban al patógeno.

En cambio, al analizar las habitaciones de otros dos pacientes aislados también por el coronavirus después de haberse limpiado, no encontraron presencia del patógeno, lo que indica, según escriben los autores, que «las medidas descontaminantes actuales son suficientes».