Agencias
El pleno de la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos, votó hoy en favor del juicio político contra el presidente Donald Trump, acusado de abuso de poder y obstrucción del Congreso.
Trump se convierte en el tercer presidente de la historia de los Estados Unidos en enfrentar un juicio político.
La votación fue de 230 contra 197, con dos congresistas del partido Demócrata en contra del juicio político y una, la pre-candidata presidencial Tulsi Gabbard, votando «presente», en gesto de una especie de voto salvado. El congresista Justin Amash, quien llegó a su cargo como Republicano, pero se convirtió en independiente, votó a favor del juicio político.
Tras la aprobación de la Cámara de Representantes, la cual es dominada por el partido Demócrata de oposición, el caso pasa al Senado, ente responsable de llevar a cabo el juicio y destituir al presidente su es encontrado culpable. La Cámara del Senado es dominada por el partido de Trump, el Republicano, y se necesitan dos tercios a favor para destituir a un presidente.
Los líderes republicanos han anunciado que no votarán a favor de la remoción de Trump.
Ningún presidente estadounidense en la historia, ha sido destituido debido a un juicio político.
Las reacciones de la Casa Blanca no se hicieron esperar. «Hoy es la culminación en la Cámara de uno de los episodios políticos más vergonzosos en la historia de nuestra nación. Sin recibir un solo voto republicano y sin proporcionar ninguna prueba de irregularidades, los demócratas aprobaron artículos ilegítimos de juicio político contra el presidente,» reza un comunicado de la presidencia estadounidense.
La investigación contra Trump se basó en sus conversaciones con el presidente de Ucrania, a quién solicitó investigar negocios posiblemente ilegales en ese país por parte de su posible contrincante demócrata en las elecciones de 2020, Joe Biden. Trump había suspendido un paquete de ayuda militar a Ucrania, como medida de presión al gobierno de Ucrania para que inicie la investigación contra su posible adversario doméstico, usando así fondos públicos para su beneficio personal.