Página12
La intervención de la Agencia Federal de Inteligencia y la decisión de redestinar sus fondos reservados al Plan contra el Hambre fue la primera medida concreta anunciada por el flamante presidente Alberto Fernández y una de las más celebradas. «Nunca más al Estado secreto», remarcó. En el recinto lo aplaudieron de pie al ritmo de «Alberto presidente».
«Queremos impulsar una reesctructuración de todo el sistema de inteligencia e información estrategica del Estado», anunció media hora después de haber iniciado el discurso inaugural de su gestión, con Cristina Fernández, la vicepresidenta, sentada a su lado. El nombre de quien dirigiría la agencia fue una de las ausencias en el anuncio del flamante Gabinete que lideró el viernes pasado desde sus oficinas de Puerto Madero.
Sin demasiados detalles, Fernández eligió el Congreso nacional como escenario y su primer discurso como jefe de Estado como herramienta para anunciar su decisión de «intervenir la Agencia Federal de Inteligencia».
Días atrás, circularon versiones que englobaban la disolución de la AFI y su reconversión en órganos más pequeños entre las intenciones del gobierno del Frente de Todos en relación al organismo de espionaje estatal con la ruptura de las relaciones carnales con la Justicia Federal como uno de sus objetivos principales.
La redefinición del presupuesto destinado a las actividades de inteligencia también había circulado. En ese sentido, Fernández anunció que derogará «una de las primeras y más penosas medidas que la administración anterior promovió, consagrar el secreto del empleo de fondos reservados por parte de los agentes de inteligencia del Estado».
A través del decreto 656 de 2016, emitido en Mayo de aquel año, Macri tomó una serie de medidas relativas al funcionamiento de la agencia pública de inteligencia, un organismo creado durante el último año del gobierno de Cristina Fernández tras la muerte del fiscal Alberto Nisman. Entre las medidas decretadas, Macri anuló la publicidad del control que debía realizar la Comisión Bicamiral de seguimiento de las acciones relativas al espionaje. Así, la utilización de esos fondos volvió a opacarse.
Además de la derogación del caracter reservado de ese presupuesto, Fernández mencionó que dispondrá su reasignación «para financiar el plan contra el hambre en la Argentina». Lo mismo dijo que haría con los fondos reservados de las Fuerzas Armadas y Seguridad. Los aplausos resonaron en el recinto. «Presideeeeente, Alberto presideeeeente», corearon desde los palcos y bancas de varies legisladores.
«Lo digo y lo reitero con la firmeza de una convicción profunda: nunca más al Estado secreto, nunca más a los sótanos de la democracia, nunca más es nunca más«, concluyó.