Agencias
Tres muertos más en Chile por estallido social, balance de fallecidos
aumenta a 15, según confirmaron fuentes oficiales a la AFP.
El presidente Sebastián Piñera intentará este martes buscar una salida
al estallido social que sacude Chile desde hace cinco días, reuniéndose
con los líderes de los partidos políticos, en un momento en que la
protesta amenaza recrudecerse con huelgas y nuevas movilizaciones.
Jaqueado por la peor ola de violencia que se vive en Chile desde su
retorno a la democracia en 1990, el mandatario, que hace dos días dijo
que su país “estaba en guerra”, cambió el tono.
Vamos a “explorar y ojalá avanzar hacia un acuerdo social que nos
permita a todos unidos acercarnos con rapidez, eficacia y también con
responsabilidad hacia mejores soluciones a los problemas que aquejan a
los chilenos”, dijo la noche del lunes.
Si bien las protestas comenzaron el viernes por el alza del precio de la
tarifa del metro de la capital chilena, medida que el gobierno
suspendió, han ido derivando en un movimiento mucho mayor, que pone
sobre la mesa otras demandas sociales.
“Lo que ocurre no es porque hayan subido el metro por 30 pesos. Viene
ocurriendo desde hace 30 años. Tenemos el tema de las AFP
(jubilaciones), de las colas en las clínicas, listas de espera en
hospitales, el costo de los remedios, los bajos sueldos”, dijo a la AFP,
Orlando, un hombre de 55 años montado en una bicicleta durante las
protestas del lunes.
Las manifestaciones han provocado enfrentamientos con las fuerzas del
orden, saqueos e incendios en comercios que en cuatro días han dejado 15
muertos.
Santiago y la mayoría de las 16 regiones de Chile se encuentran en
estado de emergencia y 10.000 militares y policías están conteniendo las
violentas protestas, que podrían recrudecer, ya que la Central Unitaria
de Trabajadores (CUT), el sindicato más poderoso de Chile, y otras 18
organizaciones sociales convocaron huelgas y movilizaciones para el
miércoles y jueves en Santiago.
Los sindicatos de trabajadores de la salud pública también anunciaron
que realizarán un paro y protestas en frente del ministerio de Salud, en
pleno centro de la capital chilena, durante esta semana.
Martes de incertidumbre
Con un transporte público limitado, el comercio y los bancos funcionando
a medio gas y las protestas colapsando las calles, los chilenos saldrán
el martes a trabajar o estudiar bajo una total incertidumbre.
Al igual que el lunes, el metro de Santiago, que recibe a cerca de tres
millones de personas diariamente, funcionará solo con una de sus siete
líneas y apoyado por más de medio millar de autobuses públicos, que se
complementarán con servicios de taxi para satisfacer la demanda.
Asimismo, las clases escolares están suspendidas en cerca de 50 comunas
de la capital chilena, mientras que una decena de universidades
cancelaron sus actividades académicas. Hospitales y policlínicos
funcionarán con normalidad.
La aerolínea chileno-brasileña LATAM, la más grande de América Latina,
instaló decenas de camastros en el aeropuerto de Santiago para sus
pasajeros, que se encuentran bloqueados desde el comienzo de las
protestas, que provocaron la cancelación o reprogramación de centenares
de vuelos.
Durante la noche se registraron también algunos incendios y saqueos en
comercios, además de manifestaciones aisladas, que fueron dispersadas
por las fuerzas del orden.
Grupos de vecinos vestidos con chalecos amarillos que se hicieron
famosos durante las protestas contra el gobierno en Francia, volvieron a
organizar grupos de vigilancia armados con palos, picos y palas, para
evitar saqueos en sus domicilios y en pequeños comercios.
Los destrozos por las movilizaciones y los saqueos de los últimos días
son abundantes y están por todas partes: muros y monumentos repletos de
pintadas y consignas, ventanas de los negocios rotas, fierros retorcidos
por el fuego y basura esparcida por las veredas.