Agencias

El viernes pasado, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) dio luz verde a un algodón genéticamente modificado por investigadores de la Universidad de Texas A&M que podrá ser usado como fuente de alimento humano y animal, recoge la agencia Reuters.

«Somos plenamente conscientes de la resistencia a los OGM [organismos genéticamente modificados] en muchos países, pero tengo la esperanza de que los países que necesitan urgentemente alimentos adopten esta tecnología», señaló Keerti Rathore, biotecnólogo de la planta de investigación AgriLife de la Universidad A&M.

Las semillas de algodón, que Rathore dice que tienen «sabor a garbanzo», están repletas de proteínas, por lo que pueden constituir un importante producto nutritivo. La modificación genética de los científicos texanos no afecta a la fibra de la planta para su uso textil, por lo que esta podrá ser cultivada con un doble propósito.

Sus creadores están llevando a cabo negoсiaciones con varias compañías con la idea de comercializar su invento dentro de unos cinco años. Tras el visto bueno de la FDA, ahora buscarán obtener una aprobación regulatoria en otros países, empezando por el vecino México.
La semilla de algodón ordinaria no es un producto apropiado para la alimentación humana, ni para la mayoría de animales, debido al gosipol, un elemento tóxico que contiene en grandes cantidades. Los científicos recurrieron a la manipulación genética para erradicar el gen de este químico en la semilla, dejándolo en sus niveles naturales en el resto de la planta porque cumple una función de protección contra insectos y enfermedades.

Rathore señala que estas semillas podrían consumirse de muchas maneras: para extraer aceite de freír, como suplemento de proteínas en productos horneados, tostarse para ser consumidas como un refrigerio o convertirlas en un producto para untar como la mantequilla de maní.