Agencias
Irán desestimó este domingo 15 de septiembre las acusaciones de que es
responsable por los ataques a unas plantas saudíes, un episodio que
afectó la producción mundial de petróleo, y advirtió que las bases y
portaaviones de Estados Unidos en la región están al alcance de sus
misiles.
El movimiento hutí de Yemen, alineado con Irán, se adjudicó la
responsabilidad de los ataques del sábado que afectaron más de la mitad
de la producción petrolera saudí.
Pero el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo que no
hay pruebas de que las agresiones vinieran de Yemen y acusó a Irán de
“un ataque sin precedentes al suministro de energía mundial”.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Mousavi,
hablando en la televisión estatal, descartó la afirmación de Estados
Unidos, mientras que un alto comandante de la Guardia Revolucionaria
advirtió que la República Islámica está lista para una guerra.
La compañía petrolera estatal Aramco dijo que los ataques reducirían la
producción en 5,7 millones de barriles por día, o más del 5% de la
oferta mundial de crudo, en momentos en que la empresa se prepara para
cotizar en bolsa.
Aramco no dio ningún plazo para la reanudación de la producción, pero el
domingo dijo que daría una actualización del progreso en unas 48 horas.
Arabia Saudita es el mayor exportador de petróleo del mundo, envía más
de 7 millones de barriles de crudo al día, y durante años ha servido
como proveedor de último recurso a los mercados.
La bolsa de Arabia Saudita abrió con una caída del 2,3% el domingo. Las
compañías petroquímicas saudíes, incluyendo Saudi Basic Industries
(SABIC), anunciaron una reducción significativa en el suministro de
materias primas.
Las autoridades saudíes aún no han culpado directamente a nadie por los
ataques del sábado, pero el ministro de energía lo vinculó a una serie
de ataques contra los activos petroleros saudíes y los tanqueros en
aguas del Golfo.