Prensa Latina
La Autoridad de Terremotos de California llamó a incrementar la
preparación tras el sismo de magnitud 6,4 en la escala de Richter y las
réplicas que mantienen hoy en alerta a ese estado norteamericano.
El jefe de esa entidad, Glenn Pomeroy, manifestó que el temblor ocurrido
en la mañana de ayer, el más intenso registrado en el territorio en dos
décadas, es un importante recordatorio de que todo California es ‘un
país sísmico’.
De acuerdo con el funcionario, es necesario que las personas sepan qué
hacer para mantenerse a salvo cuando el suelo comience a sacudirse, y
tomar otras medidas con el fin de estar listas para sobrevivir y
recuperarse de terremotos dañinos.
Consideró, entre otras acciones, que se precisa la renovación de casas
construidas antes de 1980 y revisar códigos de construcción que pueden
ser más vulnerables a los daños causados por esos fenómenos, al tiempo
que llamó a considerar la adquisición de seguros contra terremotos para
la protección financiera de los afectados.
El sismo de este jueves se registró a una profundidad de 8,7 kilómetros y
tuvo su epicentro cerca de Ridgecrest, una comunidad al oeste del
desierto de Mojave y aproximadamente a 240 kilómetros al norte de la
ciudad de Los Ángeles.
Según los reportes, el movimiento telúrico provocó que los edificios
oscilaran durante varios segundos, y causó afectaciones como
deslizamientos de rocas, incendios y cortes eléctricos.
David Witt, el jefe de bomberos del condado de Kern, informó que hubo
varios lesionados y que se registraron fuegos en dos viviendas de
Ridgecrest, mientras los equipos de emergencia también debieron
enfrentar pequeños llamas en la vegetación, fugas de gas y reportes de
caminos con cuarteaduras.
En la tarde de ayer el gobernador del estado, Gavin Newsom, declaró el
estado de emergencia en la zona golpeada por el sismo, al tomar en
cuenta ‘que causó daños significativos’ y que ‘las réplicas de múltiples
terremotos continúan impactando la región’.
De acuerdo con el diario Los Angeles Times, el movimiento telúrico
percibido por unos 15 millones de personas fue el más grande con un
epicentro en el sur de California desde el de la mina Héctor, de
magnitud 7,1, que azotó el desierto de Mojave en octubre de 1999.