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Un comentario frecuente, que surge al escuchar o leer algún discurso del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, es que sus palabras no pierden vigencia, a pesar de los años que las separan de los hechos actuales.

Este cinco de marzo, cuando se conmemora el sexto aniversario de su muerte, los chavistas desde distintos espacios renuevan su compromiso con su líder revolucionario y dejan en claro que rechazan cualquier intervención foránea en su territorio.



Hildebrando Morales López, de 60 años, hace una fila para firmar «a favor de la paz y en contra de la intervención» en la Plaza Bolívar, en el corazón histórico de Caracas. «Vine porque estoy en contra de la injerencia de EE.UU. y su supremacía expansionista. Quieren apoderarse de nuestro petróleo para ir a la guerra», expresa este venezolano nacido en Tovar, estado Mérida, en el occidente del país.

Hildebrando, como tantos miles, ha acudido a expresarse en contra de una eventual intervención dirigida desde Washington, en contra del Gobierno de Nicolás Maduro, que ha sido catalogado de «ilegítimo» por algunos países de la región, aglutinados en el Grupo de Lima, y de Europa, que han reconocido y brindado su apoyo al diputado opositor Juan Guaidó, quien se autoproclamó de manera ilegal «presidente encargado» el pasado 23 de enero.

Este nuevo capítulo ocurre en medio de un cerco financiero impuesto por EE.UU. al país suramericano y del desconocimiento de sus autoridades y poderes públicos. Sin embargo, los elementos que lo acompañan no parecieran ser novedosos para quienes escucharon atentamente las reflexiones que Chávez hizo sobre la acción de la Casa Blanca sobre su país. A continuación, recogemos una lista de cinco ‘profecías’ sobre las relaciones entre ambos países:

1. Ayuda humanitaria

‘La tragedia de Vargas’, uno de los mayores desastres naturales que se ha registrado en Venezuela, ocurrió en diciembre de 1999 y causó grandes inundaciones y deslaves en las zonas costeras venezolanas. La cifra de fallecidos aún es incierta y se calcula de cientos a decenas de miles.

En medio de la emergencia nacional, Chávez rechazó el ofrecimiento de ayuda del cuerpo de marines estadounidenses, alegando que «tropas de EE.UU. no vendrían a Venezuela» porque «después que se metan será difícil sacarlos».
 

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Imagen aérea de los daños provocados por las inundaciones y corrimientos de tierra en Caraballeda, Quebrada San Julián, Venezuela, diciembre de 1999.


Un año después, al ser consultado por el periodista Walter Martínez sobre su rechazo al ofrecimiento de Washington, el líder latinoamericano explicó que no solo EE.UU. ofreció ayuda, sino que también Brasil.

«Estábamos colapsados, no teníamos espacio para casi nada, y dijimos: ‘Mándennos algunas máquinas que las administramos’. Entonces insistían en enviar mil marines y dijimos: ‘No nos hace falta eso ahora’ (…) De eso se hizo un alboroto y un manejo irresponsable de algunos sectores: tratan de sobredimensionarlo para tratar de hacer ver que hay un conflicto con los EE.UU. que no existe».

2. Golpe de Estado de 2002

«El golpe de Estado de abril de 2002 y toda aquella sangre que aquí corrió también tiene factura norteamericana», dijo el entonces presidente en 2004 durante la inauguración de una escuela en San Juan de los Morros, estado Guárico, en el centro de Venezuela.

En esas declaraciones, Chávez aseveró que la «alicaída y dividida» oposición venezolana no se hubiera lanzado a esa «aventura» sin el impulso de Washington, del Pentágono y de la CIA. «Eso está más que comprobado. El golpe de Estado del 11 de abril en Venezuela fue dirigido desde Washington, eso tiene que saberlo el mundo».

Ya en 2004, Chávez advertía: «Los apátridas que dirigen a la oposición venezolana no tienen ninguna vergüenza para solicitar públicamente la intervención internacional en Venezuela». Diez años después, durante la Presidencia de Maduro, la situación no ha sido distinta, pues la dirigencia ha realizado giras por varios países de América y Europa para pedir sanciones y más presiones en contra de su país.

Ese mismo año, el entonces embajador de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Jorge Valero, había presentado una serie de documentos ante el bloque donde explicaba que EE.UU. había tenido una «abierta intervención» en el golpe. En el texto se mencionaban los nombres de funcionarios del Departamento de Estado, así como al embajador de entonces, Charles Shapiro, quien visitó al autojuramentado presidente Carlos Carmona Estanga.

Además, se daba cuenta de la presencia de helicópteros militares estadounidenses en el aeropuerto Internacional de Maiquetía, buques de guerra en aguas del Caribe venezolano, reuniones de militares estadounidenses y venezolanos golpistas y un avión de EE.UU. que estaba en la isla La Orchila, donde llevaron al presidente Chávez, al ser retenido.

De igual manera, se dejó constancia de las actividades del National Endowment for Democracy (NED), que ofreció un millonario apoyo financiero a los partidos y ONG abiertamente antichavistas.

3. Paramilitarismo

Hace casi diez años, en junio de 2009, cuatro meses después del referendo constitucional en Venezuela donde la mayoría aprobó la elección continua de cualquier cargo de elección popular, Chávez hizo una afirmación pasmosamente actual: «Ellos [la oposición] están montando un aparataje: viajan a Washington, a Nueva York, a Bogotá, se la pasan en Cúcuta, buscando paramilitares, infiltrándonos de paramilitares, buscando militares que puedan estar descontentos, tratando de debilitarnos en lo moral y de dividirnos».

Meses después, en octubre de ese año, Colombia y EE.UU. firmarían un acuerdo para establecer siete bases militares estadounidenses en territorio colombiano.



La amenaza paramilitar no era un tema nuevo, en 2004 Chávez denunció un plan de magnicidio que sería ejecutado por 153 mercenarios, contratados por la oposición y entrenados en Colombia, que ese año fueron apresados en una finca en Daktari, en El Hatillo, estado Miranda.

En 2012, el jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Salvatore Mancuso, dijo que políticos y militares venezolanos se habían acercado al jefe paramilitar Carlos Castaño para conformar un movimiento ultraderechista en la zona fronteriza que derrocara al presidente Chávez. Al respecto, el líder bolivariano dijo que no tenía duda de que fuera cierto.

Paramilitares colombianos durante un entrenamiento en la selva, 4 de abril de 2000.


Desde 2015, el actual mandatario venezolano ha hecho denuncias similares sobre la presunta infiltración de paramilitares en territorio venezolano, con apoyo de Washington, para llevar el país al caos y realizar una intervención. La situación llegó a un punto crítico en agosto de 2018 cuando sufrió un atentado fallido del que ha responsabilizado al expresidente Juan Manuel Santos, a la oposición venezolana y a EE.UU. Actualmente, tanto la Casa Blanca, como los opositores venezolanos y extranjeros, hacen llamados a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) para que colabore en el derrocamiento de Maduro.

4. Bolívar antiimperialista

Durante la entrega del ‘Premio Internacional de la Unesco José Martí’ a Chávez, en 2006, el mandatario venezolano hizo esta reflexión: «Bolívar le escribe a otros compañeros y les dice: ‘A la cabeza de este continente tenemos una nación muy grande, muy poderosa, muy hostil y capaz de todo’. La frase sella la profecía bolivariana de 1829 que luego tristemente habría de cumplirse: ‘Los EE.UU. de Norteamérica parecen destinados por la providencia para plagar la América de miserias en nombre de la libertad’. Y eso es lo que ha ocurrido, lamentablemente, en estos casi 200 años».

El entonces jefe de Estado dijo que el «imperialismo» en alianza con sus «cachorros», «lacayos» y «títeres» habían logrado «cercenar casi todos los procesos de cambio que nacían» en la región y, a continuación, se preguntaba qué hubiera ocurrido en América Latina si en los últimos cien años se hubiera respetado «la soberanía, la autodeterminación de los pueblos, la libertad y el derecho internacional».

Con respecto a las políticas intervencionistas, ya en la actualidad, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, ha afirmado que EE.UU. no está detrás del intento de golpe de Estado contra Maduro, sino delante.

Llama la atención que el gobierno de EEUU no esté detrás del intento de golpe de Estado en Venezuela: está DELANTE, a la vanguardia, sin máscaras, ni disimulo. En Washington diseñaron y ejecutan abiertamente el plan, dando órdenes a sus gobiernos y actores satélite en el mundo — Jorge Arreaza M (@jaarreaza) 24 de enero de 2019




Venezuela ha denunciado que desde 2016 está en marcha un plan de «cerco y asfixia» para «provocar una implosión interna» que tendría como «destino final» una «intervención humanitaria», en medio de sanciones financieras y bloqueos a cuentas del Estado venezolano en el exterior, lo que le ha impedido comprar productos de primera necesidad y medicamentos.

5. Libia y Siria

Ya en 2011, el líder revolucionario decía que «el imperialismo estaba más loco que nunca» durante la clausura de la VI reunión del Consejo Político de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP).

«Se atreve de manera descarada, cínica, sin límites de ningún tipo, a planificar y a lanzar abiertamente la masacre, a conducir la masacre de Libia. Y a amenazar al mundo», aseguraba Chávez.

Enfrentamientos entre partidarios y detractores de Gadafi cerca de Sirte, Libia, 28 de septiembre de 2011.


Recordaba que el entonces presidente Barack Obama había afirmado que «el método Libia era el método casi perfecto» y que era aplicable a cualquier otro país: «Ahora arremeten contra Siria y contra cualquier país, incluyéndonos a nosotros los países en América Latina y el Caribe, donde están en marcha procesos de cambios profundos, revolucionarios, que ellos consideran una amenaza».

Chávez nuevamente se había adelantado a la orden ejecutiva emitida en 2015 por Washington donde se declaraba a Venezuela como una «amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política exterior estadounidenses». Esta declaración fue el inicio de un grupo de sanciones, que incluyen al propio presidente Maduro, que se han ido agudizando en los años posteriores con el Gobierno de Donald Trump, quien ha dicho en varias oportunidades que «todas la opciones sobre Venezuela está sobre la mesa», al ser consultado por la posibilidad de una intervención para derrocar al Gobierno venezolano.

«Desde América Latina y el Caribe tenemos que consolidar este espacio como una zona de paz (…) irradiar luces de paz a un nuevo mundo que puja por nacer, los viejos imperios están empeñados en que no nazca ese mundo nuevo de paz, de equilibrio, de pluripolaridad», dijo en aquella oportunidad .