Alfredo Montilla
Durante los últimos 20 años, la República Bolivariana de Venezuela ha sido asediada con brutalidad por los Estados Unidos de Norteamérica y sus aliados en el mundo, mediante actos de desestabilización política y económica, financiando ONGS, bandas criminales para el terrorismo en acciones de calle llamadas protestas, paros empresariales, sabotaje petrolero, intentos de golpes de estado, asesinatos selectivos de actores políticos, empleando a su vez la guerra de cuarta generación, guerra mediática y psicológica a través de los grandes medios mundiales de comunicación e información, corporaciones económicas, militares y de inteligencia a escala global. No en vano, al presidente Chávez le costó la vida derrotar al ALCA y combatir «la dictadura del dólar».
En la actualidad,2019 inicia con la embestida de los poderes fáticos mundiales liderados por EE.UU contra el gobierno venezolano, para acentuar la migración, provocar el caos, desorden, muerte, hambre, miseria y destrucción, como lo han hecho en el pasado reciente con los planes denominados en su momento como la salida 2014,salida 2017,la guerra económica, o el presunto intento de magnicidio agosto 2018,que generen así el golpe de estado o una guerra civil entre venezolanos, que justifiquen la intervención extranjera para finalmente apoderarse de los recursos energéticos de la nación suramericana. Todo ello mediante el «falso positivo» de un «Estado Paralelo» que genere la transición así denominada por ellos, para que con un gobierno títere se entregue el control de la territorialidad de Venezuela.
El intento de golpe de estado está «en pleno desarrollo», EE.UU mueve sus piezas en el tablero de ajedrez, por otro lado el gobierno venezolano se apoya en sus instituciones para impedir los objetivos imperiales, el respaldo internacional crece, se toca a lo interno la fibra nacionalista llamando a poner de lado «por ahora» las molestias por la situación de crisis política, económica y social como consecuencias del bloqueo internacional de algunas potencias que se ciernen sobre el país, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana se mantiene firme a la Constitución de la república Bolivariana de Venezuela, mientras la oposición no sabe capitalizar el malestar y descontento popular de algunos sectores.
Sin duda alguna el gobierno venezolano debe dar un giro radical o «golpe de timón» a las estrategias y las formas en cómo desde el año 2015 ha combatido de manera ineficaz lo que denominan «guerra económica», se deben replantear los planes económicos, urge un «sacudón» institucional, el cambio total de algunas piezas dentro del ejecutivo y su tren ministerial, una cruzada sin cuartel contra la corrupción, y la firmeza de su «auctoritas» en el ejercicio del poder del estado, para impedir de manera firme y decidida el ataque contra el Estado Nación por parte de fuerzas extranjeras, y derrotar a su vez la agenda golpista que pretende imponer la ultraderecha venezolana.
Finalmente, el mejor antídoto contra el golpe de estado en Venezuela si bien es cierto es la movilización de las fuerzas patriotas en unión cívico-militar, no menos cierto es, que se debe acabar con el malestar generalizado de la población venezolana ante la crisis social actual producto de la escasez, la especulación, la corrupción, la sensación de indolencia institucional, la ineficiencia, el burocratismo, la delincuencia; todo a través de nuevas políticas económicas, mayor eficiencia en la ejecución de políticas públicas, entre otras tantas. Ahora, por lo pronto se debe asumir el dialogo nacional, y derrotar así las pretensiones norteamericanas de tomar el control político sobre la nación bolivariana.