Germán Gorráiz López
El Trienio 2019-2021 supondrá la irrupción en el escenario geopolítico de América Latina de una nueva ola negra involucionista que consistirá en la implementación de «golpes de mano blandos» con el objetivo inequívoco de sustituir a los regímenes insensibles a los dictados de Washington (Nicaragua, Venezuela y Bolivia) por regímenes autocráticos tutelados por EE.UU.
¿Es la Alianza del Pacífico el caballo de Troya de EE.UU. en América Latina?
Tras la fachada neoliberal de la Alianza del Pacífico se escondería un refinado proyecto de ingeniería geopolítica cuya finalidad última sería dinamitar el proyecto político-integracionista representado por la UNASUR e intensificar la política de aislamiento de los Gobiernos progresista-populista de la región,en especial de Venezuela tras quedar huérfana del alma mater de la Revolución Bolivariana (Chávez) así como finiquitar el proyecto integrador económico del MERCOSUR, proceso de de integración económico creado en en 1991 tras la firma del Tratado de Asunción entre Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay al que posteriormente se habría incorporado Venezuela como Estado parte, quedando Bolivia, Colombia, Perú, Ecuador,Chile, Surinam y Guyana como «Estados asociados».
Dicha estrategia fagocitadora tendría como objetivos a medio plazo aglutinar el Arco del Pacífico para integrar además a Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá e incorporar por último al Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) , siguiendo la teoría kentiana del «palo y la zanahoria » expuesta por Sherman Kent en su libro «Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana» (1949). En dicho libro, Kent afirma que » la guerra no siempre es convencional: en efecto, una gran parte de la guerra, de las remotas y las más próximas, ha sido siempre realizada con armas no convencionales: […] armas […] políticas y económicas. La clase de guerra en que se emplean […] (son la) guerra política y la guerra económica.»
Los fines de estos tipos de guerra fueron descritos por este autor de la siguiente manera: «en estas guerras no convencionales se trata de hacer dos cosasebilitar la voluntad y la capacidad de resistencia del enemigo y fortalecer la propia voluntad y capacidad para vencer» y más adelante añade que los instrumentos de la guerra económica «consisten en la zanahoria y el garrote»: «el bloqueo, la congelación de fondos,el ‘boicot’, el embargo y la lista negra por un lado; los subsidios, los empréstitos, los tratados bilaterales, el trueque y los convenios comerciales por otro».
El incierto futuro de la democracia en México
La revista Foreign Policy, ( edición de enero-febrero, 2012), publicó un análisis de Brzezinski titulado «After America» («Después de América»), donde analiza la tesis de la decadencia de los EE.UU. debido a la irrupción en la escena global de nuevos actores geopolíticos (China y Rusia) y de sus posibles efectos colaterales en las relaciones internacionales. Respecto a México, Brzezinski afirma que «el empeoramiento de las relaciones entre una América (EE.UU.) en declinación y un México con problemas internos podría alcanzar niveles de escenarios amenazantes». Así, debido al «caos constructivo» exportado por EE.UU. y plasmado en la guerra contra los cárteles del narco iniciada en el 2.006, México sería un Estado fallido del que sería paradigma la ciudad de Juárez, (la ciudad más insegura del mundo con una cifra de muertes violentas superior al total de Afganistán en el 2009), por lo que para evitar el previsible auge de movimientos revolucionarios antiestadounidenses se procederá a la intensificación de la inestabilidad interna de México hasta completar su total balcanización y sumisión a los dictados de EE.UU. Así, la política anti-inmigración de Trump aunado con el proteccionismo económico ( finiquito del NAFTA) e implementación de aranceles a los productos mexicanos, conllevará una severa constricción de las exportaciones de productos mexicanos a EE.UU. así como de la entrada de remesas de dólares en México, lo que podría suponer una debacle económica y social y terminar por desencadenar frecuentes estallidos de conflictividad social, siendo previsible una clara regresión de las libertades democráticas y un posterior regreso a escenarios ya superados de intervención del Ejército «como «garante del orden constitucional».
¿Nueva Crisis de los Misiles en Cuba?
Moscú es actualmente el noveno socio comercial de la Habana y como prólogo a la visita de Putin a la Isla, la Duma rusa habría ratificado la condonación de la deuda de Cuba con la UR.SS. estimada en 35.200 millones $ y el resto (3.520 millones $ será abonado por Cuba en diez años y reinvertido por Rusia en la economía cubana. Putin se reunió con Raúl y Fidel Castro para abordar temas concernientes a la cooperación técnico-militar entre Moscú y La Habana y tratar asimismo temas como la cooperación energética, transporte, aviación, espacio y salud además de firmar varios acuerdos.
Respecto al acercamiento de EE.UU. a Cuba, Donald Trump habría adoptado como leit motiv de su Presidencia eliminar todo vestigio del legado obamaniano. Así, tras el intento de finiquitar el Obamacare, el anuncio de revisión del Tratado NAFTA y la retirada de EE.UU. del Acuerdo de París contra el Cambio Climático,( medidas cosméticas fruto de la paranoia personal de Trump que no verán su plasmación en la legislacion estadounidense por la rotunda oposición de amplios sectores de la sociedad civil y de la división de la clase política republicana), el siguiente paso será intentar deshacer los avances diplomáticos y comerciales alcanzados con Cuba bajo el mandato de Barack Obama.
Los cambios propuestos por la administración Trump tienen como intención aumentar las regulaciones y la supervisión para dificultar a las empresas estadounidenses rubricar acuerdos con Cuba así como para que los estadounidenses continúen viajando al país y serían fruto de la extenuante presión de los destacados representantes cubano-americanos Marco Rubio y Mario Díaz-Balart, ambos republicanos. Finalmente, la renovación automática por parte de EE.UU. por un año más del embargo comercial a la isla podría suponer para Cuba pérdidas estimadas en cerca de 70.000 millones de $ por lo que la miopía geopolítica de la Administración Trump podría provocar la firma de un nuevo tratado de colaboración militar de Cuba con la Rusia (rememorando el Pacto Secreto firmado en 1.960 en Moscú entre Raúl Castro Y Jruschov) que incluiría la instalación de una base de Radares en la abandonada base militar de Lourdes para escuchar cómodamente los susurros de Washington amén de misiles Iskander , pudiendo reeditarse la Crisis de los Misiles (octubre 1962).
¿Hacia el final de Petrocaribe?
Petrocaribe fue creado en 2005 por iniciativa de Venezuela con el objetivo de suministrar combustibles a los países miembros en condiciones ventajosas de pago, como créditos blandos y bajas tasas de interés y estaría integrado por 18 países (incluidos Honduras, Guatemala, Cuba, Nicaragua, República Dominicana, Haití, Belice y una decena de islas del Caribe) y según las autoridades venezolanas, el país exportaba 100.000 barriles diarios a los países del bloque que generaban una factura de 4.000 millones de dólares, de la cual una parte se paga en «efectivo» y el resto estaría subsidiado. La nueva estrategia de EE.UU. sería estrechar lazos comerciales y militares con los países de Petrocaribe ante el peligro de contagio mimético de los ideales revolucionarios chavistas al depender en exclusiva de la venezolana Petrocaribe para su abastecimiento energético, empezando por el presidente dominicano Danilo Medina y en este contexto, la Administración Obama celebró una Cumbre de Seguridad Energética en el Caribe en la que instó a los países de la región a diversificar sus fuentes de energía, confiar más en las inversiones privadas y reducir así su dependencia de Petrocaribe.
¿Nicaragua en el punto de mira del Pentágono?
Petrocaribe fue creado en 2005 por iniciativa de Venezuela con el objetivo de suministrar combustibles a los países miembros en condiciones ventajosas de pago, como créditos blandos y bajas tasas de interés y estaría integrado por 18 países (incluidos Honduras, Guatemala, Cuba, Nicaragua, República Dominicana, Haití, Belice y una decena de islas del Caribe) y según las autoridades venezolanas, el país exporta 100.000 barriles diarios a los países del bloque que generaban una factura de 4.000 millones de dólares, de la cual una parte se paga en «efectivo» y el resto estaría subsidiado. La nueva estrategia de EE.UU. sería estrechar lazos comerciales y militares con los países de Petrocaribe ante el peligro de contagio mimético de los ideales revolucionarios chavistas al depender en exclusiva de la venezolana Petrocaribe para su abastecimiento energético, empezando por el presidente dominicano Danilo Medina.
China habría asumido el reto de construir un nuevo canal en Nicaragua (Gran Canal Interoceánico) similar al canal del istmo de Kra que tiene proyectado entre Tailandia y Birmania para sortear el estrecho de Malaca, convertido «de facto» en una vía marítima saturada y afectada por ataques de piratas e inauguró en el 2010 el gasoducto que une a China con Turkmenistán y que rodea a Rusia para evitar su total rusodependencia energética al tiempo que diversifica sus compras, por lo EE.UU. procederá a desestabilizar el gobierno de Daniel Ortega dentro de su estrategia geopolítica global de secar las fuentes energéticas chinas.
Por otra parte, la instalación el pasado abril de una estación satelital rusa en Managua (laguna de Nejapa) para «controlar el narcotráfico y estudiar los fenómenos naturales» habría provocado el nerviosismo del Pentágono que acusa a Rusia de «estar usando Nicaragua para crear una esfera de espionaje militar» mediante el Sistema Global de Navegación por Satélites (Glonass), el equivalente al GPS de EE.UU. En consecuencia, la Administración Trump recurrirá a la doctrina kentiana, expuesta por Sherman Kent en su libro «Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana» (1949). Así, hemos asistido a la aprobación por el Congreso y el Senado de EE.UU. del proyecto de ley conocido como Nica Act (Nicaraguan Investment Conditionality Act of 2017), que siguiendo la estrategia kentiana busca congelar los préstamos internacionales de instituciones satélites de EE.UU. (Banco Mundial y Banco Interamericano de Desarrollo). a Nicaragua con el objetivo confeso de provocar su inanición financiera y posterior asfixia económica. Finalmente, se estaría gestando una Revolución Multicolor teledirigida por EE.UU. que fuerce a las élites dominantes a la celebración de nuevas elecciones generales con el objetivo confeso de finiquitar la herencia sandinista y conseguir que Nicaragua vuelva a la senda de las democracias tuteladas por EE.UU.
¿Se está tejiendo la telaraña para asfixiar a Maduro?
Exxon Mobil formaría parte de la Cuarta Rama del Gobierno de EE.UU.,(verdadero Poder en la sombra que toma las decisiones en política exterior) y fue nacionalizada en el 2007 por Hugo Chávez por lo que a instancias de Tillerson, la revolución chavista ya fue declarada «enemiga peligrosa de EE.UU». Además, el acuerdo chino-venezolano por el que la empresa petro-química estatal china Sinopec invertirá 14.000 millones de dólares para lograr una producción diaria de petróleo en 200.000 barriles diarios de crudo en la Faja Petrolífera del Orinoco, (considerado el yacimiento petrolero más abundante del mundo), sería un misil en la línea de flotación de la geopolítica global de EE.UU. , cuyo objetivo inequívoco sería secar las fuentes energéticas de China. Así, EE.UU. estaría aplicando en Venezuela la teoría kentiana del «palo y la zanahoria » expuesta por Sherman Kent en su libro «Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana» (1949). En dicho libro, Kent afirma que » la guerra no siempre es convencional: en efecto, una gran parte de la guerra, de las remotas y las más próximas, ha sido siempre realizada con armas no convencionales: […] armas […] políticas y económicas«.
EEUU quiere evitar a toda costa que Maduro se perpetúe en el Poder hasta el 2025 por lo que procederá a la aplicación de sanciones al crudo venezolano para provocar el default o cese de pago. En este contexto deberemos incluir el próximo anuncio de sanciones de la UE a Venezuela y de la posible retirada de todos sus embajadores. Asimismo, EEUU, Canadá, la UE y varios países de corte neoliberal latinoamericanos integrados en la Carta de Lima han expresado su intención de no reconocer los resultados de las próximas elecciones, lo que convertiría el nuevo Mandato Presidencial de Maduro en un «paria internacional», contando únicamente con el apoyo político de los países del ALBA, Rusia y China.
Así, tras una sistemática e intensa campaña desestabilizadora que incluyeron la drástica reducción de sus compras de crudo a Venezuela con el objetivo inequívoco de lograr la asfixia económica del Gobierno de Maduro aunado con un desplome de la producción de crudo venezolano estimado en 600.000 barriles para el 2018, la salvaje especulación para incrementar los precios, el desabastecimiento selectivo de artículos de primera necesidad y la amplificación en los medios de la creciente inseguridad ciudadana, el proceso de «acoso y derribo de Maduro» se completará con la petición al Ejército para que se erija en «salvador de la Patria» siguiendo el plan diseñado por la CIA.
Además, con Bolsonaro podríamos asistir a la entrada de Brasil en la OTAN como «socio global» como ya hiciera en su día Colombia, con lo que se estaría tejiendo la telaraña que intentará envolver al régimen de Maduro y de lo que sería paradigma la apertura conjunta con EEUU, Perú y Colombia de una base militar en pleno corazón del Amazonas, proyecto conocido con el nombre de Amazonlog 17 y que contando con la inestimable ayuda logística de Colombia (convertida en el portaaviones continental de EEUU) y de Brasil (devenido en el nuevo Gendarme neocon de Sudámerica), podría intentar finiquitar el legado chavista en el 2.020.La excusa legal será la ínvocación de la Carta Democrática Interamericana que declara «que los pueblos de América Latina tienen derecho a la democracia y sus gobiernos tienen la obligación de promoverla y defenderla», lo que permitirá a EEUU intervenir en cualquier país del llamado «patio trasero» cuando estime que «son negados los derechos universales o cuando la independencia de la justicia o la prensa esté amenazada» y contará con la inestimable ayuda logística de Colombia y Brasil, convertidas en los portaaviones continentales de EEUU para lograr que Venezuela vuelva a la senda de las «democracias tuteladas por EEUU».
¿Será Brasil el nuevo gendarme neoliberal de Sudamérica?
Brasil forma parte de los llamados países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y aunque se descarta que dichos países forman una alianza política como la UE o la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN), dichos países tienen el potencial de formar un bloque económico con un estatus mayor que del actual G-8 (se estima que en el horizonte del 2050 tendrán más del 40% de la población mundial y un PIB combinado de 34.951 Billones de $) . El objetivo confeso de EE.UU. es neutralizar la influencia rusa en el cono sur americano y lograr que Brasil asuma el papel de «gendarme de los neoliberales» en Sudamérica, pues Brasil juega un rol fundamental en el nuevo tablero geopolítico diseñado por EE.UU. para América Latina ya que le considera como un potencial aliado en la escena global al que podría apoyar para su ingreso en el Consejo de Seguridad de la ONU como miembro permanente, con el consiguiente aumento del peso específico de Brasil en la Geopolítica Mundial.
Recordar que la decisión de la presidenta brasileña Dilma Rousseff de posponer su visita de Estado a Washington (decisión avalada por los principales asesores de Rousseff, entre ellos su antecesor y mentor Lula da Silva), entrañó el riesgo de una peligrosa confrontación entre las dos grandes potencias del continente americano, pues según Lula «los americanos no soportan el hecho de que Brasil se haya convertido en un actor global y en el fondo, lo máximo que ellos aceptan es que Brasilia sea subalterno, como ya lo fue». Así, Rousseff tras afirmar que «el espionaje ilegal representa una violación de soberanía incompatible con la convivencia democrática entre países amigos», exigió a Estados Unidos explicaciones convincentes de las razones de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) para presuntamente violar las redes de computadoras de la petrolera estatal Petrobras y tras su enérgico discurso en la apertura de la 68 Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), se habría granjeado la enemistad de la Administración USA que procedió a la implementación del «caos constructivo» en Brasil para desestabilizar su mandato presidencial (impeachement) y tras el triunfo de Bolsonaro, asistiremos a la conversión de Brasil en el nuevo «gendarme neocon» de EE.UU. en Sudamérica.
Macri y el final de la soberanía económica argentina
Respecto a Argentina, la aceptación por Macri de los postulados del FMI supondrá hipotecar la soberanía económica de Argentina para la próxima década. Así, la contracción de la demanda mundial de materias provocará el estrangulamiento de sus exportaciones y la depreciación de su moneda debido a la fortaleza del dólar, lo que se traducirá en aumentos de los costes de producción, pérdida de competitividad, tasas de inflación desbocadas e incrementos espectaculares de la Deuda Exterior. En efecto, según la Directora Gerente del FMI, Lagarde, «la fortaleza del dólar junto con la debilidad de los precios de los productos crea riesgos para los balances y financiación de los países deudores en dólares», de lo que se deduce que la economía argentina estará más expuesta a una posible apreciación del dólar y la reversión de los flujos de capital al estar hipotecada por vencimientos de Deuda para el 2019 estimados en cerca de 25.000 millones $.
Como conclusión, quedarían tan sólo Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia como países díscolos a las tesis de una EE.UU. que procederá a implementar la política del Big Stick o «Gran Garrote», (cuya autoría cabe atribuir al presidente de Estados Unidos Theodoro Roosevelt), sistema que desde principios del siglo XX ha regido la política hegemónica de Estados Unidos sobre América Latina, siguiendo la Doctrina Monroe ,»América para los Americanos».