Agencias
El papa Francisco habló de nuevo sobre la crisis de Venezuela, durante su vuelo de regreso al Vaticano tras visitar Panamá: «Me da miedo el derramamiento de sangre y por eso les pido que sean benévolos con aquellos que sean capaces de ayudar a resolver el problema», pero manifestó que era muy pronto para que él tomara partido porque eso podría causar más daño, expresó el santo pontífice en una rueda de prensa.
Asímismo mostró su decidido apoyo y preocupación por Venezuela: «Por ahora yo apoyo a todo el pueblo venezolano que está sufriendo», ya el domingo anterior, había declarado, haber «pensado mucho» en el pueblo venezolano, al cual se sentía «unido» ante la «grave situación». Por eso pidió una «solución justa y pacífica para superar la crisis, respetando los derechos humanos y deseando el bien de todos los habitantes del país».
El 23 de enero, el presidente de la Asamblea Nacional (parlamento unicameral, de mayoría opositora) de Venezuela, Juan Guaidó, se proclamó «presidente encargado» del país.
El jefe del Estado venezolano, Nicolás Maduro, quien asumió el segundo mandato el 10 de enero, calificó la declaración de Guaidó como un intento de golpe de Estado y responsabilizó a EEUU de haberlo orquestado.
Estados Unidos está a la cabeza de los gobiernos que desconocen el segundo mandato de el presidente Nicolás Maduro por considerar su elección «fraudulenta» mientras China, Rusia y Turquía lo apoyan. Entretanto, Francia, Alemania, España y Reino Unido dieron un ultimátum de ocho días para que convoque elecciones, so pena de reconocer a Guaidó.
El potífice evitó alinearse con ninguno de los lados en disputa. Una posición distinta a la que mantiene la Conferencia Episcopal Venezolana que mantiene una posición histórica beligerante contra el chavismo y gobierno de Nicolás Maduro.