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El alineamiento de Mauricio Macri al reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino de la nación caribeña, que fue encabezado por el primer mandatario estadounidense, Donald Trump, vuelve a poner en evidencia la polarización política en el país austral.

Golpe de Estado institucional o reivindicación de la democracia, intervencionismo exterior en la política de un país soberano o apoyo a los valores republicanos de un pueblo sofocado por una dictadura. Las posiciones sobre la crisis en Venezuela y el pronunciamiento del jefe de Estado han hecho reaccionar a todo el arco político de la Argentina y despertado un intenso debate entre los analistas.

Este 23 de enero, Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y principal figura de la oposición al régimen de Nicolás Maduro, se autoproclamó presidente interino en medio de un acto masivo en las calles de Caracas. Minutos después, Donald Trump otorgó el reconocimiento diplomático de EEUU y, consecuentemente, el mandatario argentino Mauricio Macri ofreció el mismo apoyo.

Inmediatamente, referentes de la oposición salieron a criticar el posicionamiento del presidente desde sus redes sociales. «Es terrible que el gobierno argentino renuncie a la histórica posición argentina de no intervención y de respeto a la autodeterminación de los pueblos en el caso Venezuela», escribió el senador Fernando ‘Pino’ Solanas. «Lo de Venezuela tiene un solo nombre: golpe de estado. Trump, Macri y Bolsonaro alientan una guerra civil o una invasión. Pésimo antecedente para el orden público internacional», escribió el dirigente social Juan Grabois.

Es un acto de injerencismo en la política interior de Venezuela y una mancha en la Cancillería argentina avalar un golpe de Estado institucional no apoyado por toda la comunidad internacional sino por un puñado de países. Esta actitud apresurada e inédita es una muestra más del alineamiento casi automático del Gobierno de Macri con el de Trump, un Gobierno que no está interesado en los derechos humanos, algo que se evidencia en su alianza con Arabia Saudita, una teocracia absolutamente antidemocrática», dijo a Sputnik Leandro Morgenfeld, analista político e historiador.

«Lo que estamos viendo en estos días con la ofensiva que se lanzó la semana pasada contra Venezuela y el nuevo mandato de Nicolás Maduro es un intento de EEUU y muchos gobiernos de derecha aliados en la región y de algunos países de Europa para provocar la caída del chavismo y una suerte de inestabilidad política que complique aún más la enorme crisis económica que está atravesando ese país. Es un paso más en los intentos de forzar una salida de crisis política, guerra civil y/o intervención militar», dijo.

«Tiene un antecedente muy nefasto y grave que es el golpe de Estado de abril de 2002 contra Hugo Chávez, en el que se lo secuestró durante 48 horas. Un empresario, Pedro Carmona, se autoproclamó entonces como presidente y George W. Bush y José María Aznar, presidentes de EEUU y España en aquel momento, lo reconocieron», recordó Morgenfeld.

Por el contrario, no solo figuras del oficialismo sino también peronistas de la oposición apoyaron la investidura de Guaidó, algo que generó el enojo de otras personalidades de esta fuerza política, como el diputado kirchnerista Andrés ‘Cuervo’ Larroque, que los tildó de «irresponsables» en sus declaraciones a un programa de radio.

«Argentina es integrante del denominado Grupo de Lima, un conjunto de países de América Latina más Canadá, que desconocieron el resultado de las elecciones venezolanas de mayo del año pasado, señalando que el gobierno de Nicolás Maduro es completamente ilegítimo por no tener ningún tipo de garantía democrática. La posición es consecuente con eso y es una especie de regla entre estos países, no un giro en la política internacional», opinió por su parte Jorge Castro, analista internacional, en diálogo con Sputnik.

Se trata de una posición común que tiene que ver con el sistema interamericano, en el marco de la OEA [Organización de Estados Americanos] en donde existe, la cláusula democrática desde [2001]. Esto más que intervencionismo es respaldo pleno al denominado presidente interino, desconociendo absolutamente al gobierno de Nicolás Maduro. Ayer hubo un punto de inflexión en la crisis venezolana que es el carácter multitudinario que adquirieron las manifestaciones no solo en Caracas, sino también en el interior del país», concluyó.

Hasta ahora, Estados Unidos, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Guatemala, Paraguay, Perú, Ecuador, Costa Rica, Kosovo, Georgia y la OEA han reconocido a Guaidó. Los principales apoyos a la institucionalidad de Maduro son los de Rusia, China, Cuba, México, Uruguay, Bolivia, Turquía y Nicaragua. La Unión Europea se limitó a exigir elecciones.