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Mientras el debate sobre la legalización de la marihuana en Europa parece un tema tabú, en los conservadores EEUU ha culminado un 2018 muy exitoso. Algo que ignoran muchas personas es que en la mayoría de los tratados comerciales suscritos con EEUU, está implícito el coto a las drogas y, sin embargo, el mercado de marihuana legal allí ha registrado este año una de sus mejores cifras de negocio.
En la actualidad, el mercado de la marihuana legal en EEUU supone un negocio de 10.400 millones de dólares, con alrededor de 250.000 personas trabajando exclusivamente en el manejo de las plantas, a los que habría que sumar otros tantos miles de empleos que no implican el trabajo directo con las plantas.
Un caso práctico de cómo la marihuana legal se ha convertido en una industria floreciente es el ejemplo de Curren, una empresa fundada por dos amigos en 2014 que desde entonces ha pasado a tener 85 empleados y facturar 2.500 millones de dólares al año a través de sus más de 1.000 tiendas y dispensarios por todo EEUU.
Este mercado está generando, además, otros negocios paralelos que se benefician de su auge. Esta es la situación de Green Bits, una compañía de San Diego que desarrolla software específico para minoristas de marihuana. Esta compañía logró el favor de numerosos fondos de capital riesgo, como Casa Verde Capital (Snoop Dogg), haciéndose el año pasado con 17 millones de dólares que le servirán para expandirse internacionalmente en 2019.
¿Medicinal o recreativa?
Abordada la legalización, es posible hacerlo desde dos perspectivas diferentes: legalizar únicamente la marihuana medicinal o también la recreativa. En EEUU, casi dos tercios de los estados ya han legalizado algún tipo de marihuana medicinal. Por su parte, la recreativa está ganando cada vez más terreno. Uno de los últimos estados en legalizarla ha sido Michigan, convirtiéndose en el décimo estado y el primero del medio oeste en hacerlo. En Nueva York y Nueva Jersey, sus gobernadores ya andan presionando para seguir sus pasos en 2019… lo mismo sucede en Pennsylvania o Illinois.
Y llegan las dos grandes preguntas:
- ¿Se dispara el consumo? Sí. Evidentemente, el hecho de no tener que acudir al mercado negro o a barrios marginales hace que haya más personas que consuman, porque antes querían hacerlo pero no deseaban exponerse a riesgos innecesarios. Según un estudio del Instituto Nacional sobre el Abuso de las Drogas, entre 2002 y 2014 la cifra de persona que admitía el consumo pasó de 21,9 millones a 31,9 millones.
- ¿Se abusa más del consumo? No. El Instituto Nacional sobre el Abuso de las Drogas encontró que, pese a ese incremento en el consumo, durante ese periodo las estadísticas de abusos se mantenían estables en el 1,5%.
Sin embargo, no todo es de color de rosa para este tipo de negocios. La doble moral estadounidense pone frenos al desarrollo. Para empezar, no existen demasiados inversores que quieran que se sepa públicamente que apuestan por este tipo de negocios. Por otro lado, desde la óptica fiscal también se ponen palos en las ruedas: las empresas de marihuana no pueden deducirse sus gastos comerciales y les cuesta sangre, sudor y lágrimas encontrar, no sólo un local en el que desarrollar su actividad, sino contratar un seguro.
A pesar de ello y como se citaba al inicio del artículo, 2018 ha sido un año excepcional para el mercado de la marihuana en EEUU. ¿Veremos avances en la Unión Europea el próximo año?